EDITORIAL

El 2021 presentó dos coyunturas que nos obligaron a revisar la relación entre el espacio educativo y el sistema de género. Por un lado, el impulso de los movimientos feministas de los últimos años que exigió a las organizaciones educativas atender a la violencia a través de reformas como la creación de unidades de género o la emisión de protocolos de atención y sanción a la violencia, y por otro lado, la pandemia de COVID-19 que sacudió al sistema educativo, incluyendo las relaciones entre los miembros de las comunidades, los contenidos de la educación,  las estrategias pedagógicas y todo lo que concierne a los procesos educativos. Aunada a la relación estructural el sistema de género y el de educación, en tanto agente secundario de socialización por el cual las personas internalizan sus roles, estatus y responsabilidades, así como las reglas del comportamiento social, la revista La ventana convocó a la comunidad académica a revisitar la relación en torno al Género y la Educación en este contexto inédito.

Recibimos una respuesta copiosa en cantidad y extensión de los temas a abordar, por lo que el Número 56 de esta revista constituye el primer volumen correspondiente a esta convocatoria, de la cual emitiremos un segundo volumen en el Número 57 con esta misma temática. Se discuten en este número cuestiones urgentes que tienden a situarse en un primer plano, tal como la violencia de género y la persistente reproducción de roles estereotipados en el espacio educativo, pero se abordan también cuestiones que han sido relegadas a un segundo plano, como el estudio de las emociones y el sometimiento identitario heteronormativo de la infancia, así como la exclusión de los contextos rurales en las conversaciones sobre la educación no sexista.