REVISTA SOMOS Y LA MILITANCIA HOMOSEXUAL EN LOS ‘70
Gastón Klocker[1]
Resumen
Dentro del contexto de turbulencias políticas, sociales y culturales que caracterizaron a las décadas de 1960 y 1970 a nivel mundial, continental, y más específicamente, en Argentina; surge la revista Somos, órgano de prensa y difusión del Frente de Liberación Homosexual (FLH). Este acercamiento investigativo buscará reseñar la publicación con el objetivo de establecerla como visor central de aspectos que rodearon al FLH. Para eso partiremos de una revisión histórica de antecedentes, documentos y manifiestos, vertientes ideológicas, estructura organizacional y su diálogo con Organizaciones Armadas y células de la Triple A alineadas al Nacionalismo Católico en la voz de la revista El Caudillo. El corpus a trabajar es una plataforma periodística de ocho ediciones bimensuales que van de diciembre de 1973 a enero de 1976.
Palabras Claves: Revista Somos, Prensa, Política, Militancia, Derecho de los Homosexuales.
Abstract
Within the context of political, social and cultural turbulence that characterized the 1960’s and 1970’s, at the global, continental, and more specifically, in Argentina; magazine Somos. It was a dissemination organ of the Frente de Liberación Homosexual (FLH). This research approach will seek to review the publication with the objective of establishing it as a central viewer of aspects that surrounded the FLH. For that, we will start from a historical revisionism, antecedents, documents and manifests, ideological slopes, organizational structure and its dialogue with Organizaciones Armadas and cells of the Triple A aligned to Nacionalismo Católico in the voice of the magazine El Caudillo. The corpus of this paper is a journalistic platform of eight bimonthly editions that go from December of 1973 to January of 1976.
Keywords: Magazine Somos, Press, Politics, Militancy, Right of homosexuals.
Introducción
El golpe de Estado a Arturo Illia y el establecimiento de la cúpula militar de la Revolución Argentina dieron paso a la radicalización política, social y cultural provista desde la juventud. Los tiempos inconcebibles que había proclamado Onganía no llegaron a cumplirse ante una compacta unión obrero-estudiantil que se reprodujo en diversas ciudades del país y el mundo, conjuntamente a la insostenible proscripción del peronismo para el establishment argentino (De Riz, 2000). Puede decirse que Onganía fracasó como prueba piloto del Plan Cóndor en Latinoamérica, pero a la par fue un precursor en la coerción de los cuerpos jóvenes (Bilbao, 2012) en defensa de una modernidad obsoleta y bajo la consigna Dios, Patria, Hogar, (Somos, 1974: 4 No. 2)[4]. Esto fue en detrimento de una ebullición kinésica acompañada por las novedades de vestuario como la minifalda, las innovaciones de la ciencia con la pastilla anticonceptiva, la popularidad de los narcóticos, el incremento de la matrícula femenina en universidades, los reductos laborales y la resignificación de la diversidad sexual (Andújar, 2009). En el marco del surgimiento de la nueva izquierda, la crisis del dogmatismo ortodoxo de la iglesia conservadora y el recrudecimiento de la represión contra las ideas libertarias del cuerpo y la sexualidad surge el 1 de noviembre de 1968 en el barrio de La Boca, el grupo Nuevo Mundo, antecedente más próximo al Frente de Liberación Homosexual (FLH) que fuera creado en agosto de 1971 (Perlongher).
Revisionismo histórico y antecedentes del FLH
La esencia prima de Nuevo Mundo se focalizaba en unir a todos los militantes políticos y sociales que por su condición de homosexuales eran relegados de las filas de sus organizaciones. Héctor Anabitarte, expulsado del Partido Comunista por ser homosexual, diagramó un espacio de reunión para el debate político y la crítica teórica de la coyuntura de la época, creando una experiencia frentista donde era posible converger eclécticamente y pensar la liberación de los pueblos oprimidos en términos políticos, sociales, culturales y sexuales (Simonetto, 2014a).
En la segunda mitad del año 1971, Nuevo Mundo junto al Círculo Cultural de Jóvenes Socialistas, dan surgimiento al Frente de Liberación Homosexual, representado por Manuel Puig, Néstor Perlongher, Zelmar Acevedo, Juan José Sebreli y Blas Matamoro. Se trata de un grupo de agitadores culturales de impronta poética y literaria que decidieron virar a la política de acción directa frente a la efervescencia militante y las influencias del Gay Power en Norteamérica (Moscoso Cadavid, 2011). La aglomeración frentista contaba con una estructura organizacional conformada por Eros, rama estudiantil; Nuevo Mundo, identificado con lo sindical; Bandera Negra, representando la anarquía; Grupo Safo, de la militancia lésbica y Homosexuales Cristianos. “Eso imprimió al movimiento una tónica agitadora distinta a la previsiones iniciales” (Perlongher 1996: 78). Al calor de la asunción de Héctor J. Cámpora en 1973, el FLH intentó acceder a los trabajadores y sectores populares insertándose en el peronismo de manera orgánica. A pesar de su heterogeneidad, el FLH veía en el peronismo una opción cercana a la revolución que traería, la oportunidad de la liberación del estigma social hacia los homosexuales (Simonetto, 2014).
En este contexto se concretó la aparición de la revista Somos, de circulación bimensual (a veces esporádica) con una tirada que oscilaba los 500 ejemplares. Somos emitió 8 ediciones entre diciembre de 1973 y enero de 1976 como continuación a la inédita publicación Homosexuales de junio del ‘73. Su aparición permitió dimensionar la realidad de las minorías perseguidas, humilladas y estigmatizadas por la sociedad y, principalmente, por el Estado, que había profundizado la represión durante el gobierno de facto de la revolución Argentina. Se le daba continuidad a la antigua tradición nacional de los Edictos Policiales de Uriburu, las razzias del ’54[5] y se convirtió en la antesala del recrudecimiento operativo del Comando Cóndor.[6]
Es precisamente a través del manifiesto Sexo y Revolución, documento de teorización y desarrollo de vertientes ideológicas, relacionadas con una perspectiva freudomarxista (Theumer, 2016), donde vislumbramos una línea discursiva periodístico-literaria estructural que caracteriza a Somos. Aquí se percibe que el cuestionamiento en clave revolucionaria marxista apunta su crítica a la estructura social del sistema capitalista en diálogo con los mecanismos psicológicos alienantes cotidianos que trae como consecuencia la propia ideología dominante. “El FLH considera llegado el momento histórico de proponer y comenzar a realizar una revolución que simultáneamente con las bases económicas y políticas del sistema, liquide sus bases ideológicas, teniendo en cuenta que, de lo contrario, el sistema de opresión se reproducirá automáticamente después de un proceso revolucionario que sólo altere las esferas política y económica (…) El sexo mismo es una cuestión política” (Sexo y Revolución, 1973:9)[7].
Somos viene a ocupar un lugar importante para la denuncia, la expresión y la liberación en un contexto que, por el contrario, estaba signado por la represión y la persecución. Es decir, abría “la posibilidad no solo de difundir su propia organización sino también de potenciar las voces acalladas, marginadas y segregadas y así, darles visibilidad en el mundo de la comunidad homosexual y militante” (Simonetto, 2014). Puede observarse la apertura de espacios dedicados al FLH como organización que se complementan con espacios de expresión para los militantes y lectores. Los primeros números de la revista oscilaban entre las 35 y 48 páginas, su comercialización era mano a mano y la difusión se daba en entornos reducidos. “La revista utilizaba la foto duplicación, tomando las características propias del fanzine, métodos estéticos popularizados a partir de la década del 60, que consistían en el dibujo a mano, el recorte y la duplicación masiva” (Simonetto, 2014).
La publicación se extendía en menor escala a 16 países entre americanos y europeos,[8] contando con adhesiones de organizaciones nacionales e internacionales que cristalizaban sus relaciones con la publicación y el FLH a través del intercambio de cartas. Entre otras, tuvieron espacio The National Gay Task Forge (EE.UU), Grupo Homosexual de Barcelona, Greater Liberated Chicanos (mexica-americano), Movimento di Liberazione della donna, Movimento di Liberazione Omosessuale, (Italia), Sección francesa de la IV Internacional, Liga Comunista, Movimiento de Liberación Femenina, Unión Femenina Argentina (U.F.A.) y Asociación Naturista de Buenos Aires.
Partiendo de un trabajo analítico sobre la publicación podemos destacar la existencia de por lo menos tres ejes amplios que tienen como hilo conductor un carácter expresivo-denunciatorio. En primer término, aparece una orientación político-militante destinada a problematizar las situaciones de opresión, exteriorizar las posiciones del frente con respecto a las situaciones coyunturales y denunciar la creciente represión, donde se destacan los comunicados formales.
En segundo lugar, puede apreciarse una disposición informativo-periodística plasmada en secciones de noticias e informes que buscan exponer la realidad cotidiana de la comunidad homosexual en el plano local e internacional. El modo de retratar posee dos formas definidas: la redacción propia y la recopilación de materiales de los medios gráficos. Puede notarse también la presencia de un acervo conformado por noticias destacadas anteriores a la edición de la publicación que se aglutinan en pequeñas fotografías de los periódicos.
En este caso, se exponen noticias particulares relacionadas al discurso contextual de la revista, sobre todo se asume una dimensión crítica con los medios de comunicación en su modo de tratamiento de la información, cargado de juicios, percepciones y valoraciones negativas hacia la comunidad. Llegado a este punto se abre un dialogo íntimo entre lo periodístico y lo literario que nos conduce precisamente a un tercer eje: el poético-literario. Aquí aparece una densidad descriptivo-narrativa que complementa la información periodística con un enriquecimiento estético que alimenta el entrecruce de géneros. En Los 71[9] se describe, a modo de crónica, una situación de represión homosexual sucedida en Montevideo en 1958 que nos otorga impresiones reales acerca de la importancia de la narrativa en la revista.
Existe además un énfasis en lo cultural que se plasma a través de la circulación de diversos materiales gráficos y de divulgación informacional de géneros como el cine. Es marcada la intención de la revista para impulsar consumos culturales variados incluso denunciando la censura sufrida por películas como La Naranja Mecánica y Jesucristo SuperStar; o libros como Territorios de Pichón Rivieres La Boca de la Ballena de Héctor Lastra, The Buenos Aires Affaire de Manuel Puig, y Sólo Ángeles de Medina.[10]
Conviven poesía,
literatura y pensamiento, que entremezclan producción propia con una profunda inclinación
a recuperar a grandes autores. En el primer caso surgen testimonios, poesía e
historias personales, que es necesario mencionar. No aparecen firmadas sino con
nombres de pila, iniciales o seudónimos, destacándose algunos nombres
recurrentes. En el segundo caso es una constante la inclusión de pensadores “que
eran propios del consumo cultural de la izquierda, el feminismo y la comunidad
homosexual” (Simonetto, 2014: 15).
Se recuperan autores como Paul Valery, Jean Gennet, Jean Cocteau, Bertolt
Brecht, Oscar Wilde, Simone de Beauvoir, Alejandra Pizarnik, Mario Benedetti,
Khalil Gibran, Arthur Rimbaud, Kate Millet, David Cooper, Georges
Weinberg o Guy Hocquenghem.
Un aspecto relevante a tener en cuenta como argumentación empírica de dicha reseña es lo concerniente a la línea estética de los sucesivos números de la revista Somos, así como el análisis discursivo comparativo entre dicha publicación y su antípoda El Caudillo.
La línea estética de Somos corresponde a la estructura de un fanzine con tres detalles característicos: dibujos surrealistas, titulación con tipografía simulando un graffiti y el cuerpo del texto materializado en un estilo mecanoescrito. Muchas de las páginas devienen en material panfletario con solicitadas o manifiestos dirigidos a la lucha contra la represión y la censura heteropatriarcal. Da lugar a la contrainformación internacional con difusión y divulgación de la realidad homosexual en otros países del mundo. Se presenta una línea editorial con recursos teóricos como Mujer que se identifica mujer (Somos, Año 1 – N° 1 – diciembre de 1973) queda orientado el último espacio para la apreciación artística, sobre todo poética. Mientras que, el segundo número incorpora figuras políticas en un intento de crítica a la moral y ética argentina que coaccionó la disidencia sexual profundizada por Juan Carlos Onganía durante la revolución Argentina y continuada por la ortodoxia peronista. Se habla de El alma del hombre bajo el Socialismo de Oscar Wilde, problematizando, también, categorías sociales dentro de la disidencia sexual como es el caso del taxiboy (Somos, Año 1 – N° 2 – enero de 1974).
El tercer número vuelve a personalizar un aspecto vislumbrado en Somos que simula el objetivo del diario íntimo como espacio donde relatar y narrar anécdotas que sólo pueden ser contadas en esa publicación. Algo distinto que sucede en el cuarto número, donde la revista toma un grado de seriedad al constatar el número de homosexuales presos por su condición y decisión sexual bajo la reglamentación política del gobierno de María Estela Martínez de Perón. Por primera vez, el FLH se pronuncia hacia el peronismo como corriente ideológica que representa la movilización popular y foco de heroica resistencia. También, hacen explícito la participación en los festejos por el triunfo de Cámpora pero admiten que, asumido Perón en su tercer mandato, la represión y persecución homosexual se acrecentó igualando registros de cruentos gobiernos anteriores (Somos, Año 1 – N° 4 - Pp. 5).
Estos primeros números demuestran una carta de presentación e intentan esbozar la identidad de la publicación como instancia de multiplicidad de voces para debatir desde poses sexuales hasta teorización política en la Argentina de 1973-1976. Sin embargo, los últimos dos números reducen considerablemente su cantidad de páginas a 4 o 5 fojas destinadas a replicar comunicados en alerta a la fuerte persecución que padecían los homosexuales en el recrudecimiento de la violencia política por parte de las patotas parapoliciales de la Triple A, quienes respondían a una línea adherente al nacionalismo católico con fuerte contenido occidentalista y cristiano.
Bajo la estructura discursiva de Somos se entretejía una dicotomía de un nosotros y los otros (Moscoso, 2011) que si bien estuvo presente a lo largo de la trayectoria pública de la Comunidad Homosexual Argentina, se estableció con una tonalidad particular a partir del conflicto entre los dos peronismos (James, 1976). A los pocos meses de asumido su Tercer Gobierno, Perón lanzó la Campaña de Moralidad como materialización de la consigna “Ni yankees, ni marxistas” que fuera contestada desde Somos con el titular “La Tía Margarita impone la moda Cary Grant”[11] en alusión a Luis Margaride, Jefe del Operativo. Esos otros eran las organizaciones armadas de izquierda y las patotas refugiadas en El Caudillo, revista loperreguista financiada por el Ministerio de Bienestar Social de la Nación. Entre “desviación pequeño burguesa y germen sinárquico liberal y marxista” (Simonetto, 2015: 140), rondaban las nominaciones para los militantes del FLH por parte de sus contradestinatarios.
La campaña
instauró una decisión obligada por parte de Montoneros, las Fuerzas Armadas Peronistas
y las Fuerzas Armadas Revolucionarias para diferenciarse del vicio capitalista
y acompañar las políticas del Viejo Líder. Conviven muchas cosmovisiones
acerca de la relación entre el peronismo revolucionario y el FLH.
Para que reine en el pueblo el amor y la igualdad era la bandera que
portaba el FLH en las marchas patrióticas o de protesta y que ubicaban delante
de la columna de montoneros como signo de amistad política y protectora.
Ante esta hermandad de fuerzas, El Caudillo graficó caricaturescamente a militantes de Montoneros y el ERP en poses afeminadas mientras que otras veces describió a Montoneros como “niñas que gustan de orgías descontroladas”[12] Por. su parte, el sector de la izquierda peronista comenzó a abrirse paso en los actos públicos bajo los cánticos “No somos putos, no somos faloperos. Somos soldados de FAR y Montoneros. No somos putos, no somos faloperos. Somos soldados de Evita y Montoneros” (Simonetto, 2014: 167).
Existe una disputa constante entre Somos y El Caudillo. “Acabar con los homosexuales”, era el lema que se estableció en la revista de la ortodoxia peronista. Originaria del Grupo Tacuara, El Caudillo dedicaba gran cantidad de páginas al hostigamiento de la diversidad sexual que no cumplía con el estereotipo heteronormativo occidental y católico. No sólo explicitaban “No queremos más homosexuales, que se vayan a los países amigos. Erradicarlos o matarlos”[13], sino que los satirizaban desde la sección humor con chistes titulados “Terapia de Grupo Tendencioso”[14] donde el homosexual era representado de forma liberal-hippie, narcómana o en actitudes esquizofrénicas.
En respuesta, Somos contaba con adhesiones de varias comunidades homosexuales de distintos países del mundo y en febrero de 1975 aparece una respuesta desafiante: “El fascismo amenaza con exterminar a medio millón de argentinos”[15].
Dentro del plano discursivo, habiendo detallado la línea editorial y estética de Somos, resulta medular resaltar las mismas perspectivas dentro de la Revista El Caudillo para comprender la retórica del FLH. Más allá de las expresiones literales expuestas en los comunicados anteriormente señalados como Acabar con los homosexuales, existe un nombramiento del FLH en El Caudillo haciendo alusión a una participación política sólo con fines sexuales, subestimando la impronta ideológica y, a su vez, discriminando la presencia del Frente en un acto político.
A su vez, la
discursividad de El Caudillo refiere al antagonismo político como un
adversario que, por pensar distinto, tendrá disidencias en su sexualidad. Como
ejemplo, podemos mencionar las siguientes frases textuales: “Los hechos son
machos, las palabras hembras” (El Caudillo, Año II – N° 20. p. 15); “La
guerrilla está loca” (El Caudillo, Año II – N° 53. p. 4); “La muerte de un
maricón” (El Caudillo, Año III – N° 71. p. 18).
De hecho, todos los contradestinatarios son nominados a través del género
femenino tanto en plano escrito como en el gráfico, ya que, en la zona de
ilustraciones es sistemática la representación de militantes Montoneros
dibujados con curvas sugestivamente femeninas. No obstante, es necesario aclarar
que la afrenta hacia el FHL es una estrategia para deslegitimar, en términos de
la moral peronista, a las organizaciones armadas circunscriptas en la tendencia
revolucionaria. Dicha hipótesis puede ser comprobada en la ausencia de
referencias al Frente y a la cuestión homosexual pero justificada en la
recurrente aparición de epítetos peyorativos hacia el peronismo revolucionario
por intermedio de la disidencia sexual que representó el FHL.
Conclusiones
El FLH proponía una verdadera revolución a nivel político-cultural, en disidencia con las organizaciones de nueva izquierda tradicional, buscando una soberanía imperial, religiosa y socioeconómica. La liberación de los cuerpos perseguía la idea de una revolución socialista que fracasaría por el desanclaje de su ideología dentro un contexto que conduciría a la dictadura más sangrienta de nuestra historia. El exterminio del colectivo LGBT dejaría aproximadamente 400 homosexuales torturados y asesinados que no han sido reconocidos por la CONADEP, ni durante los Juicios por Delitos de Lesa Humanidad.
[1] Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Correo electrónico: gklocker73@gmail.com
[2] Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Correo electrónico: caro.wild@hotmail.com
[3] Integrantes del Proyecto de la Secretaría de Ciencia y Tecnología Categoría; A: «Negros y subversivos: Estudio comparativo de publicaciones político-culturales argentinas en la segunda mitad de Siglo XX» de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina y alumnos avanzados de grado de la Carrera Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba.
[4] Somos, Año 1 – N° 2 – febrero de 1974. p. 6.
[5] Somos, Año 2 – N° 5 – junio de 1975. p. 2.
[6] Grupo de Tareas también conocido como Comando Moralidad que se dedicaba al exterminio de homosexuales durante la última Dictadura Cívico-Militar de 1976.
[7] Manifiesto “Sexo y Revolución” (1973). p. 9. Se trata del Manifiesto del FLH publicado de manera disgregada en su versión oficial y resumida.
[8] Somos, Año 1 – N° 3 – mayo de 1974. p. 4.
[9] Somos, Año 1 – N° 1 – diciembre de 1973. p. 4.
[10] Somos, Año 1 – N° 2 – enero de 1974. p. 10.
[11] Somos, Año 1 – N° 1 – diciembre de 1973. p. 8.
[12] El Caudillo - N° 44 - Pp.14.
[13] Panfleto publicitario de El Caudillo titulado “Acabar con los homosexuales”.
[14] El Caudillo - N° 20 - 29 de marzo de 1974.
[15] Solicitada del Frente de Liberación Homosexual. Folleto emitido el 15 de febrero de 1975 en Buenos Aires.
Bibliografía
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Fuentes Gráficas
Manifiesto “Sexo y Revolución” (1973)
Revista El Caudillo - N° 20 - 29 de marzo de 1974.
Revista El Caudillo - N° 44 – 20 de septiembre de 1974.
Revista El Caudillo - N° 53 – 3 de diciembre de 1974.
Revista El Caudillo - N° 71 – 6 de noviembre de 1975.
Revista Somos, Año 1 – N° 1 – diciembre de 1973.
Revista Somos, Año 1 – N° 2 – enero de 1974.
Revista Somos, Año 1 – N° 3 – mayo de 1974.
Revista Somos, Año 1 - N° 4 – junio de 1974.
Revista Somos, Año 2 – N° 5 – junio de 1975.