LA MUJER JOVEN EN LOS CARGOS DE DIRECCIÓN Y LAS RELACIONES DE GÉNERO EN
EL SECTOR AGROPECUARIO DE LA PROVINCIA CIENFUEGOS. ESTUDIOS DE CASOS
YOUNG WOMEN IN MANAGEMENT POSITIONS AND GENDER RELATIONS IN THE
AGRICULTURAL SECTOR OF CIENFUEGOS PROVINCE. CASE STUDIES
Cintia Beatriz Pérez
Lanza1
1Universidad de
Cienfuegos, Cuba. Correo electrónico: cplanza88@gmail.com
Resumen
Los
estudios históricos desde la mirada de género han demostrado que, no obstante
de los avances de la mujer en la vida pública, todavía se encuentra presente la
diferencia de oportunidades en el acceso a cargos de dirección, a pesar de
existir la voluntad política de los estados del
derecho a la igualdad de sexo en el acceso al empleo y a los cargos de
responsabilidad, sin embargo, en el Sector de la Agricultura en la provincia de
Cienfuegos la presencia de la mujer en cargos de dirección es insuficiente. El
objetivo de la presente investigación consiste en valorar la situación de la
mujer en los cargos de dirección y las relaciones de género que se manifiestan
en el sector agropecuario de la provincia Cienfuegos, a través del paradigma
mixto con 5 estudios de casos que muestran la diferencia de género en los
cargos principales de dirección. Esto requiere de reflexión, análisis y de una
estrategia, para elevar la integración de la mujer a la función directiva, a fin
de favorecer el desarrollo social, la realización de los derechos humanos, el
mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo territorial.
Palabras claves: dirección, empoderamiento, acceso, empleo,
desarrollo
Abstract
The historical studies from the
gender perspective have demonstrated that in spite of the women advances in the
public life, the differences in opportunities is still present in the access to
management positions, in spite the political will of the states from the right
to sex equality in the access to employment and the positions of responsibility,
in the Agriculture sector in Cienfuegos province, the woman's presence in this
positions are insufficient. The objective of this investigation consists on
valuing the women situation in the management positions and the gender
relationships that are manifested in Cienfuegos' agricultural sector, through
the mixed paradigm with 5 case studies that show the gender difference in the
main positions of management, which requires the reflection, analysis and strategy
to elevate the integration of the women to the executive duty, in order to
favor the social development, the realization of the human rights, the
improvement of the quality of life and
the territorial development.
Keywords: address, empowerment, access,
employment, development
Recepción:
11 de julio de 2018/Aceptación:
8 de octubre de 2018
El género como categoría de análisis
La comprensión del abordaje del término género
requiere de un amplio conocimiento sobre sus antecedentes históricos y
fundamentación teórica, lo que facilita la realización de investigaciones con
este enfoque, que posibiliten obtener resultados sobre las diferencias entre
mujeres y hombres, y poder intervenir de forma equitativa sobre las desventajas
de cada uno.
El concepto de género
proviene de países anglosajones, es una traducción que se entiende en inglés
como referente a relaciones entre los sexos. En las ciencias sociales y en la
vida cotidiana se utiliza para referirse al condicionamiento socio-histórico-cultural
que asigna a hombres y a mujeres determinadas funciones. En tanto, en este
último sentido, a los efectos del desarrollo de la presente investigación, al
hablar del término género, se refiere a la relación entre personas de
diferentes sexos, de diferencias aprendidas desde la infancia a través de los
padres y madres, de las familias, de los amigos y vecinos, reforzadas a todo lo
largo de la vida por los grupos humanos en los cuales se participa y por los
medios de comunicación social, por lo tanto, género no es lo mismo que sexo, el
sexo (hembra o varón, femenino o masculino) describe las diferencias biológicas
entre hombres y mujeres, diferencias que son morfológicas, propias de nuestra
naturaleza y generalmente no son cambiables, en cambio, el género es una
construcción social de las diferencias sexuales en un momento o lugar histórico
dado (Fuller, 2006, p. 7).
El
vocablo género como categoría crucial para la teoría feminista tiene sus
orígenes en la obra de John Money, quien en 1951 usa el concepto gender (género)
por primera vez para referirse al componente cultural, fundamentalmente la
influencia educativa, en la formación de la identidad sexual. La identidad
sexual era vista sólo como determinada biológicamente, por lo que el uso de
este concepto para referirse a un aspecto que la cultura forma, constituye un
aporte importante al conocimiento científico (Vasallo, 2004, p. 21). Con
posterioridad Robert Stoller, en su libro Sex and Gender
(Sexo y Género) utiliza formalmente la expresión “identidad genérica” y a
partir del estudio de los trastornos de la identidad sexual, estableció la
diferencia entre sexo y género (Stoller, 1968; citado
en Fuller, 2006, p. 7).
Los valiosos aportes de Money y Stoller en la conceptualización sobre el género, han contribuido
en la elaboración de nociones complejas, que dieran cuenta de sus múltiples
dimensiones. Mientras que el sexo hace referencia a los componentes biológicos
que determinan que una persona sea varón o hembra, el término género hace
referencia a aquellos componentes psicológicos y culturales que forman parte de
las definiciones sociales de las categorías hombre y mujer, distinción con la
cual concuerdan los teóricos que trabajan en este campo (Fuller,
2006, p. 18).
Otro aporte a la interacción
de la persona con su contexto social para la conformación del género, que abrió
un nuevo campo de indagación intelectual sobre la interpretación de la igualdad
y la diferencia de los sexos, fueron las ideas de Simone de Beauvoir,
al plantear que cada persona no nace, es construida, y así lo señaló de manera
brillantísima en el libro El Segundo Sexo: “no nacemos mujeres, nos hacemos
mujeres” (De Beauvoir, 1981; citado en Baute, 2010, p. 27).
Existe una amplia bibliografía que aborda dos
términos distintos para referirse a las diferencias biológicas y aquellas
construidas socialmente, éstos son sexo y género respectivamente, y aun cuando
ambos se relacionan con las diferencias entre las mujeres y los hombres, las
nociones de género y sexo tienen connotaciones distintas.
Para Scott (Scott, 1996, p. 89), género es una
forma primaria de las relaciones significantes de poder y es utilizada como:
categoría de análisis; construcción social; poder, porque determina quién
ejerce el poder y sobre quién; relaciones: hombre-mujer, mujeres-mujeres,
hombres-hombres, más otras relaciones; ecología, raza, etnia. Introduce la
dimensión histórica y del poder relacional en estas diferencias. Alerta sobre
la expresión del poder en la construcción cultural de las desigualdades a
partir de las diferencias de género, al respecto nos advierte que
el género es un elemento
constitutivo de las relaciones sociales basado en las diferencias percibidas
entre los sexos, y el género es una primera forma de significar las relaciones
de poder. Es el primer campo en el cual el poder es articulado. (Scott, 1996;
citado en Fuller, 2006, p. 13).
Para estudiar la categoría de género se debe
tener en cuenta que la misma puede definirse como: conjunto de características
culturalmente específicas que identifican el comportamiento social de hombres y
mujeres y la relación entre ellos, basada en la diferenciación de sexo, por lo
que se asume el concepto de género como el proceso social condicionante que
establece rasgos diferenciadores y conductas estereotipadas (Nuñez, 2001, p. 35).
Estudios acerca del
papel de la mujer dirigente
Los
estudios sobre mujeres ejecutivas han ganado legitimidad en la medida en que
aumenta la participación de las mujeres profesionales en el mercado laboral y
asumen en forma creciente roles importantes en la dirección y los niveles
medios de las empresas públicas y privadas. Estudios sobre mujeres en puestos
de dirección en España llevados a cabo por investigadoras del Instituto de la
Mujer, muestran que las mujeres tienen un estilo de dirección propio, que
difiere en muchos casos del estilo de dirección fuerte y duro que se adjudica a
la dirección de los hombres, y sin los cuales es imposible ejercer el poder.
Esto indica que, más allá de los estereotipos, la presencia femenina en actividades
de poder y prestigio, significa un cambio importante en la manera en que se
conciben hoy estos espacios de poder.
A pesar de
estos resultados, algunos investigadores se cuestionan la existencia de cambios
con la presencia femenina en la dirección. En este sentido, los investigadores
europeos, Smircich y Calas (1983), en atención a las
especificidades de sus países, han desarrollado estudios para conocer si son
reales los avances de las mujeres en puestos directivos o si este hecho no
constituye una repetición del ya tradicional reparto de tareas en el hogar y
fuera de éste, sólo que en este caso a un nivel superior y de mayor
complejidad. Mientras Snavely (1993) duda de la
capacidad de las mujeres para influir al mismo nivel de sus compañeros masculinos.
Mientras
tanto los investigadores europeos, Kesner (1989) y Jacobs (1992) al analizar el
contenido del trabajo directivo de las mujeres llegan a dos importantes
conclusiones: que en muchas empresas cabe hablar de una fachada, para
justificar con el acceso de las mujeres al poder la igualdad de oportunidades,
y que través de un exceso de paternalismo las mujeres estén en la dirección
sólo como figuras decorativas (Jacobs, 1992, p. 33)
En
América Latina existen investigaciones actuales sobre el tema, cuyos resultados
arrojan una información muy valiosa para este estudio. De los trabajos pioneros
se reseña los de las investigadoras del Colegio de México María Luisa Tarrés (1992), Julia Tuñón y Soledad González (1997) que
han desarrollado estudios acerca del perfil de la mujer empresaria en México.
Estas autoras refuerzan a partir de los resultados de sus investigaciones la
teoría planteada anteriormente acerca del efecto transformador que ejercen las
mujeres en el sistema de valores masculinos, pues éstas al alcanzar el éxito
económico encuentran reacomodo en un mundo al que sienten que no pertenecen
completamente pero donde a largo plazo se insertarán y lograrán un equilibrio
entre las responsabilidades familiares y las exigencias laborales (Tarrés, 1992, p. 12).
Estos
resultados apuntan en otra dirección, aunque no dejan de ser tenidos en cuenta
a partir de los esquemas de dominación de las mujeres en las familias y la
reproducción de estos esquemas en la dirección de las empresas. Como resultado
de estos estudios puede incorporarse las reflexiones un conjunto de elementos,
con independencia de que la investigación se realice en el contexto cubano. Uno
de los objetivos principales de estos estudios ha sido medir y caracterizar la
participación femenina según sectores y niveles directivos, mientras otros han
explorado las dinámicas organizacionales, los menos son los que se refieren al
desarrollo de las carreras profesionales y los estudios de la identidad
(González, 2005, p. 67).
Estudios acerca del
papel de la mujer dirigente y su participación en la actividad económica
productiva de la sociedad cubana
En
Cuba los estudios sobre el acceso de las mujeres a la toma de decisiones son
recientes y se han desarrollado en las diferentes áreas de la investigación
social atendiendo a la presencia femenina en actividades particulares de
dirección como la económica, la social y la política.
Según la investigadora Mayda Álvarez, estas investigaciones pueden ser
clasificadas en dos grupos: a) las que indagan acerca del acceso de la mujer a
la toma de decisiones en las diferentes esferas de la vida económica, política
y social, y los obstáculos para este acceso, y b) las que tratan
particularmente acerca de la representación femenina en los Órganos del Poder
Popular (Álvarez, 1999, p. 10).
Otro grupo de estudios, (Díaz y
Calderón, 1997, p. 4) al correlacionar tres ejes fundamentales: dirección,
trabajo y familia, a través del planteo de interrogantes relacionadas con las
dificultades para lograr el acceso y la conciliación de los espacios laborales,
de dirección y doméstico, han brindado resultados que demuestran la existencia
de factores objetivos y subjetivos que impiden el acceso de las mujeres a la
dirección en la esfera laboral. Los resultados demuestran que existen barreras
sociales relacionadas con elementos psicológicos y culturales que limitan la
dirección femenina y que son elementos muy sutiles, pero que son considerados
como signos de discriminación hacia las mujeres.
De acuerdo con los estudios de la
investigadora cubana Graciela González Olmedo (González, 2005, p. 45) existen
dos importantes vertientes de análisis que coinciden en la necesidad cada vez
más apremiante de lograr la plena asimilación de la mujer en el desempeño de la
labor directiva.
Realidades y retos de los estudios de género en
sectores rurales y agroproductivos cubanos
Las elaboraciones
históricas de los géneros se basan en sistemas de poder, con un discurso
hegemónico que genera la existencia de los conflictos sociales. La
problematización de las relaciones de género logró romper con la idea del
carácter natural de las mismas. Desde el triunfo de la Revolución en 1959, el estado
del
sector agropecuario cubano se desarrolla en un escenario con particulares
marcas patriarcales en las relaciones de género, no obstante, se aprecian
avances relevantes en materia de igualdad. Entre los resultados pueden
mencionarse los siguientes adelantos alcanzados por las mujeres (Hernández y
Arteaga, 2013, p. 54):
·
El
derecho al trabajo se hace realidad en las áreas rurales cubanas a partir de que
cada día las mujeres se van incorporando a sectores como el agropecuario, que
en épocas pasadas eran preferentemente de hombres.
·
Las
mujeres han recibido las tierras como propietarias o arrendatarias y se les ha
facilitado créditos, asistencia técnica, mercado y precios seguros para sus
productos en condiciones de igualdad con los hombres.
·
El
sostenido crecimiento en el acceso de las mujeres a cargos electivos se observa
en diferentes instancias de las distintas asociaciones y el Ministerio de la
Agricultura (MINAG).
·
El
nivel cultural general de las dirigentes campesinas ha aumentado y se ha
reportado un incremento en el número de mujeres con nivel universitario y nivel
medio superior.
·
La
integración de las mujeres campesinas a la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños (ANAP) como socias va en incremento, lo cual implica no sólo la
garantía del trabajo, sino los beneficios de la seguridad social, maternidad y
vacaciones.
·
La
Legislación Agraria contempla a la mujer en un plano de igualdad y a su vez,
existe una protección específica a mujeres rurales trabajadoras asalariadas en
sectores estratégicos en cuanto a la jubilación.
·
El
aumento de las mujeres beneficiadas con el Decreto Ley 259 y 300, a las que se
ha otorgado el usufructo de la tierra, se les confiere además pleno acceso a
los créditos y asistencia técnica, entre muchas otras oportunidades. Esta
modalidad posibilita a las mujeres aumentar el manejo, control y administración
de la tierra y los recursos del sector agropecuario.
Estudios de casos en el sector rural y agroproductivo cienfueguero. Apuntes metodológicos
En la provincia Cienfuegos, la mujer ha escalado a los diferentes
niveles de dirección en los sectores de la economía. No obstante, a pesar de la
consolidación de la presencia de la mujer entre la población activa y el cambio
de su papel tradicional en la sociedad, su participación en la esfera de la
dirección no se manifiesta por igual en cada una de las actividades
empresariales. Tal es el caso del sector agropecuario en Cienfuegos, del cual
se presentan 5 estudios de casos en los municipios: Abreus,
Rodas, Cumanayagua, Cruces y Lajas, realizados en los
años 2012 hasta 2016. En los 5 estudios de casos se presenta como forma
productiva principal la asociada a cultivos varios entre los que sobresalen:
caña de azúcar, arroz, granos, vegetales, hortalizas y, en el caso de Cumanayagua, el café. Se vinculan a estas formas agroproductivas la tenencia de animales entre ellos: ganado
mayor, ganado menor, aves de corral y las meliponas (abejas
de la tierra).
Los
estudios realizados fueron todos exploratorios y descriptivos, en los que se
aplicaron diferentes técnicas de investigación, entre las que se encuentran:
entrevistas en profundidad, análisis de documentos y encuestas a familiares y
subordinados de las mujeres objeto de estudio. Para esto se planteó como
problema de investigación: ¿cómo
se manifiestan las relaciones de género en la
ocupación de cargos directivos en el sector agropecuario en la provincia
Cienfuegos?
Como objetivo general de la investigación se propuso: valorar
la situación de la mujer en los cargos de dirección y las relaciones de género
que se manifiestan en el sector agropecuario de la provincia Cienfuegos. Los
objetivos específicos que se abordaron en los casos de estudios fueron:
La muestra que se utilizó fue intencional: 36 mujeres que se
desempeñaron como dirigentes formales en las formas de organización de la
producción agropecuaria en Cienfuegos. A todas se les aplicaron entrevistas en
profundidad, se realizaron encuestas a los familiares cercanos a estas mujeres
dirigentes (86 personas), a subordinados de ambos géneros (121 personas) y a
homólogos y superiores (43 personas).
Caracterización de los casos de estudio desde la perspectiva de género
En los 5 casos de estudio se evidencia
que las edades en las que se encontraban las mujeres dirigentes se muestra en
el rango de 25 a 35 años de edad, donde las mujeres se encuentran en una etapa
de su vida en las que ya han cumplido alguno de sus proyectos de vida en el
plano familiar y el laboral. Dentro de este mismo rango sobresalen las casadas
con hijos, mientras que en las edades restantes se encuentran solteras o en
unión libre, aunque la presencia de hijos se mantiene.
En los años vinculados al sector agropecuario, el 50% de estas mujeres
no han asumido la superación profesional. Del total de entrevistadas el 25% son
graduadas del nivel superior mientras que el 75% se encuentra en el nivel medio
superior con especialidades y técnicos medios que se relacionan indistintamente
con los productos que ofrece el sector agropecuario o la propia producción de
las entidades en las que laboran. Se abordaba el tema relacionado con la
dirección y si existía una experiencia previa al respecto. El 85% no posee
experiencia previa, pero lo cierto es que éstos son entornos que tradicionalmente
han sido ocupados por los representantes masculinos.
Proceso de promoción y acceso a cargos de dirección en el sector rural y
agroproductivo cienfueguero
La
promoción y ascenso a los cargos de dirección en la empresa estudiada se
relaciona con un proceso mediado por los requisitos y condiciones establecidos
nacionalmente, así como las regulaciones ministeriales por las que se rigen las
cooperativas seleccionadas. El 83% de las representantes abogan haber comenzado
en los cargos de dirección desde la Dirección de Recursos Humanos, tareas que
les fueron conferidas por las habilidades y valores demostrados, pero que, en
ocasiones, es necesario resaltar, se encontraban vacantes por diferentes
motivos. Pero lo relevante es que una vez asumidas por estas mujeres han tenido
un desempeño admirable y reconocido en esta etapa de su trayectoria laboral.
Dentro de
las funciones que desempeñan se encuentra la participación activa en los
Consejos de Dirección, así como en la toma de decisiones a niveles jerárquicos (entre
los que se encuentra aquellos asociados). Ahí son
escuchadas sus propuestas, y sus opiniones se tienen en cuenta en la toma de
decisiones a nivel empresarial y en aquellas entidades en las que se encuentran
ejerciendo la dirección.
Las
respuestas de las entrevistadas referidas a la planificación del trabajo fueron
dadas en función del sistema de planificación que utiliza la organización a
mediano y largo plazo, la planificación operativa, y las habilidades que los
directivos y directivas entrevistadas utilizan para distribuir sus actividades.
Participación de la
mujer en la toma de decisiones y la organización del trabajo en los cargos de
dirección en el sector rural y agroproductivo de
Cienfuegos
Si bien las mujeres han sido especialmente beneficiarias de
políticas que han mejorado su participación en disímiles esferas de la vida,
aún existen brechas de género en diversos espacios. Hay que
destacar que no resulta fácil comprender la falta de correspondencia entre la
participación económica de las mujeres y su protagonismo en la dirección de los
procesos productivos, este hecho requiere de un análisis muy complejo acerca de
cómo se produce el proceso de incorporación de las mujeres a las empresas y el
largo camino que tienen que recorrer para desempeñar la actividad de dirección.
Muchas de ellas comenzaron sin ningún tipo de formación profesional y en
situaciones muy adversas, tanto desde el punto de vista laboral, como del
familiar.
Además,
resulta necesario explicar la relación entre el ámbito doméstico y el desempeño
de las mujeres en la dirección de las empresas, un elemento que sin dudas tiene
una influencia decisiva en la proyección social femenina. No puede obviarse que
estas mujeres aún cuando tienen un protagonismo social mayor por las responsabilidades
que adquieren en la esfera laboral, llevan el peso de las tareas del hogar,
incluso cuando el esposo contribuye y otros miembros de la familia desempeñan
diferentes funciones. Resulta muy difícil desarrollar una estrategia familiar
que no las responsabilice directamente con el funcionamiento del hogar y de la
familia. Se refieren a la administración de todos los recursos del hogar, los
gastos y las necesidades relacionadas con la familia.
Esto implica
que la problemática familiar tenga que definirse hacia patrones más equitativos
en el manejo de los asuntos domésticos y las responsabilidades del hogar ante
la responsabilidad laboral que tienen. Se sienten
útiles en la función que realizan y en el desarrollo de la empresa. Consideran
que proyectan desde su espacio la imagen de que la mujer puede desempeñarse en
el área que se proponga y para la cual se preparare, no importa lo difícil de
la tarea. Para llevar a cabo estas funciones, tienen que realizar mayor
sacrificio que el hombre, pues no desatienden las obligaciones del hogar y la
familia.
Para
conocer cómo planifican el tiempo y las tareas, se les pidió a las
entrevistadas que comentaran sobre lo que hacen en un día “normal”. Aunque todas
mencionan tres momentos importantes en el día (antes de comenzar la jornada
laboral, durante, y después), el significado de estos momentos y las
actividades que incluyen en ellos son diferentes para mujeres y varones.
Al
responder, las mujeres entrevistadas hacen referencia a un momento que para los
hombres es invisible o al menos no hacen mención. Este lapso se sitúa entre la
hora de levantarse y la de llegar a la empresa, en el que realizan un grupo de
actividades relacionadas con las labores del hogar y el cuidado de los hijos.
Por las entrevistas, pareciera que para los representantes masculinos la vida
comienza a partir de que llegan a la empresa.
En
el caso de las entrevistas que hacen referencia a este tiempo “antes” de llegar
a la organización también mencionan que lo dedican a realizar actividades para
el cuidado personal y familiar. De forma general, todos los entrevistados
utilizan el tiempo “después” de terminada la jornada laboral para realizar
actividades de mayor concentración como escribir informes, chequear
informaciones económicas, entre otros. Esta forma de trabajar demanda grandes
exigencias en términos de tiempo dedicado al trabajo. En el caso de las mujeres
es mayor, pues en sus hogares se mantiene la división sexual del trabajo: las
labores domésticas y el cuidado de los hijos sigue siendo su responsabilidad.
En
el plano del conocimiento, la experiencia de dirección ha significado un acercamiento
de las personas, trabajo en equipo y participación en grupos, aprendizaje de
gestión, entendimiento y manejo de información, entre otros. También han desarrollado
su capacidad de relación con los superiores, subordinados y personas en general
que reclaman su atención. Han adquirido experiencia organizativa y gerencial,
contribuyendo así a los resultados de la gestión empresarial.
Al
indagar sobre la forma en que toman las decisiones se exploraron los niveles de
intervención en la toma de decisiones: participativa, consultiva o
centralizada, así como la orientación de éstas: hacia las personas o hacia las
tareas. No se encontraron diferencias significativas sobre este aspecto entre
las respuestas de mujeres y varones, quienes privilegian el nivel de consulta y
la orientación a las tareas en la toma de decisiones, basados en hechos
“sólidos, objetivos, racionales”.
Se
aplicaron encuestas a subordinados femeninos y masculinos de las mujeres
dirigentes, éstos poseen una edad promedio de 44 años. El 60% son técnicos
medios, el 30% graduados universitarios y el 10% son
bachilleres. Dentro del cuestionario se les pedía a los subordinados que
caracterizaran a su jefa; el 30% manifiesta que se preocupa por sus
subordinados, por las tareas que estos deben desempeñar, pero que al mismo
tiempo muestran interés no sólo por su vida laboral sino también por la
familiar, diferencia notable con respecto a los representantes masculinos que
actualmente se desempeñan como dirigentes en dicha empresa.
El
60% afirma que sus criterios son escuchados por sus superiores, en este caso
las mujeres dirigentes transmiten y tramitan las preocupaciones y sugerencias a
los integrantes a las escalas jerárquicas superiores. En el caso de la calidad
de la información que reciben por parte de las mujeres dirigentes que son las
que los representan ante el Consejo de Dirección, el 60% plantea que la calidad
y las informaciones recibidas son las adecuadas, transmitidas de forma cordial,
cortés y en las ocasiones en las que es necesario realizar llamados de
atenciones a algunos de los subordinados, dicha conversación se realiza a
puertas cerradas, mientras que los estímulos son formalizados ante la totalidad
del colectivo laboral.
Factores que
condicionan la presencia de mujeres en cargos directivos y las barreras que
frenan su desarrollo en el sector rural y agroproductivo
cienfueguero
La
limitación fundamental que señalan las directivas se relaciona con la falta de
motivación hacia la mujer. Plantean que la fuerza laboral femenina existente en
el sector agroproductivo y rural está preparada, con
condiciones y experiencia para dirigir, sin embargo, a pesar de existir mujeres
incorporadas a la reserva de cuadro, la mayoría de las féminas no poseen
disposición de asumir puestos de dirección ya que no se encuentran motivadas. Coinciden
en señalar que la desmotivación está influenciada por las malas condiciones
laborales, los horarios ocupados fuera de la jornada laboral habitual y la
remuneración que perciben los cuadros, que no se encuentra en correspondencia
con los niveles de responsabilidad, sacrificio, abnegación y entrega.
No obstante, las entrevistadas definen
el desempeño de su puesto como una satisfacción y un desafío, ya que, a pesar
de considerar al sector de la agricultura con pocos atractivos, les gusta la
función que desempeñan. Mencionan algunas dificultades en el ejercicio de la
dirección como: tener que adaptarse a las estrategias de dirección de la
empresa, que en algunos casos no comparten; carencia de recursos y dificultades
con las condiciones laborales; falta de preparación y superación; carencia de
reconocimiento y estimulación a la labor de dirección.
Existe un elevado nivel de interrelación
entre las diferentes barreras, se muestra que el factor fundamental que limita
la participación de la mujer en el acceso a cargos directivos en el sector
rural y en especial en el ámbito agroproductivo. La falta de una infraestructura
social es otro elemento que influye de manera significativa en el desarrollo
profesional de las mujeres. Las carencias originadas por la situación socio-económica
que atraviesa el país, inciden en la disposición del tiempo de las féminas, a
partir de la escasez de instalaciones de servicios, tales como lavanderías,
círculos infantiles, hogares de ancianos y otros, lo que refuerza el papel
tradicional de la mujer y la limita considerablemente a participar en igualdad
de condiciones que los hombres en el desarrollo en la esfera de la dirección.
En sentido general, la
desigual distribución de responsabilidades familiares, los factores asociados a
la función reproductiva, la multiplicidad de roles femeninos, la falta de
servicios de apoyo doméstico, así como no tener en cuenta la situación de la
mujer al evaluar su desempeño, se traduce en un desdoblamiento del tiempo y las
energías de las mujeres, lo que incide negativamente en sus oportunidades
profesionales y laborales que deben sortear ante el ejercicio de la dirección.
Conclusiones
·
La
situación de la mujer cooperativista no difiere mucho de la situación de la
mujer rural en general. Las mujeres miembros de las UBPC, CPA y CCS,
propietarias o usufructuarias, con escasas excepciones, viven en ambientes
donde predominan prejuicios sobre las mujeres y los hombres. Las mujeres
rurales están en desventaja económica y social respecto a otras mujeres y
hombres cubanos.
·
Existe un
reconocimiento del trabajo desempeñado por las mujeres en la labor de dirección
por parte de sus homólogos masculinos y de sus subordinados, pues son varios
los ejemplos donde se obtuvieron excelentes resultados producto del empuje,
consagración, organización y capacidad de motivación de ellas que estaban al
frente de la actividad.
·
Las barreras que condicionan
la presencia de las féminas en cargos de dirección en el sector agropecuario
cienfueguero se asocian con: la falta de apoyo en la superación profesional de
las mujeres, dificultades para priorizar entre profesión y familia, el peso de
los estereotipos sociales que definen roles y tareas de acuerdo al género. Las labores de la casa recaen sobre la mujer,
así como la responsabilidad con los hijos y las personas mayores, la presión familiar, el estrés y otras son
elementos que desmotivan a las mujeres para desempeñarse ante los cargos
directivos.
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