Gender and social participation in the health
field from the civic experience in El Salvador
Luzmila
Tatiana Argueta Monterroza[1]
Los procesos de
participación social en salud están vinculados a la historia política, cambios
económicos y cambios sociales de cada sociedad. La relación entre Estado y
Ciudadanía está mediada por determinantes sociales, una de ellas es el género,
con implicancias en la construcción de desigualdades. En
el ámbito de la participación social en salud, se requiere una valoración de la
medida en que las acciones y rasgos asociados a los hombres y las mujeres tienen
mayor o menor credibilidad o reconocimiento social. El estudio tiene como objetivo caracterizar, con un enfoque de género,
los procesos de participación social en salud desde la experiencia y
perspectiva de la ciudadanía en dos micro redes de servicios de salud en El
Salvador en el año 2015. El estudio es de tipo cualitativo exploratorio, se
realizaron 29 entrevistas semi-estructuradas en 9 municipalidades, a hombres y
mujeres dirigentes sociales de las comunidades de dos micro redes de servicios
de salud del Departamento de Morazán en El Salvador, Centro América. Entre
los resultados se obtuvieron percepciones y
experiencias comparadas que evidencian desigualdades de género en el acceso,
condiciones y tipos de espacios disponibles para la participación, en donde se
reproducen y refuerzan roles de género tradicionales. Sin embargo, se
evidencian liderazgos femeninos sobresalientes vinculados a la formación
política, organizativa y de género. Además, se revelan dificultades en la
autonomía para los procesos participativos y para espacios horizontales. A
manera de conclusión, se plantea que la equidad en mecanismos y en las
oportunidades de participación requiere ser revisada desde el punto de vista de
género; organizaciones no gubernamentales han jugado un papel positivo en el
empoderamiento y participación de las mujeres en las localidades estudiadas,
donde la formación en género ha sido fundamental.
Abstract:
The process of
social participation in the health field is linked to the political history, economic and social changes of
each society. The relationship between the
State and the exercise of citizenship are mediated by social determinants,
with implications for the social
construction of gender-based inequalities. The objective of the study is to characterize, with a gender
perspective, the process of social
participation from the experience and perspective of citizens. The study was carried out in 2015 and located in El
Salvador, Central America. The study
is a qualitative exploratory study conducted in 9 municipalities and involves male and female social
leaders from the communities of two health networks:
Corinto and Perquín, of the Department of Morazán in El Salvador, Central America. The sample included 29 semi-structured interviews. Results
of the study include social leader's perceptions and experiences, revels gender inequalities in access,
social conditions, and forms of participation
available for men and women also shows that traditional gender roles are reproduced and reinforced.
However, there are outstanding female leaderships
associated with political and gender training. Likewise, difficulties are exposed
in maintaining autonomy and horizontal leadership. The study concluded
that Gender Equity in mechanisms and opportunities to participate need to be reviewed, the non-governmental
organizations have played a positive
role in the empowerment and support of women for their involvement facilitating gender education and
financial support.
Recepción: 30 de noviembre de 2020/Aceptación:
17 de febrero de 2021
En Salud Pública se vuelve cada vez más
necesario comprender los fenómenos sociales que influyen en el proceso de
construcción de la salud. La participación social es uno de estos fenómenos.
Participar es tomar parte en “la intervención de la sociedad civil en la esfera
de lo público” (Cunill, 2009). Esfera donde las mujeres han sido históricamente
excluidas y subvaloradas, siendo discriminadas sistemáticamente por su
condición de género. Menéndez habla de la participación como el proceso por el
cual los individuos y las familias asumen responsabilidades de bienestar propio
y los de la colectividad y mejoran la capacidad de contribuir a su propio
desarrollo económico y comunitario (Menéndez, 1995, pp. 7-37). Responsabilidades que recaen predominantemente
sobre las mujeres, dentro y fuera del hogar, agudizando las desigualdades sociales
estructurales que ponen en situación de desventaja a la mujer y manifestándose más
evidente pero no exclusivamente en estratos socioeconómicos bajos (García-Calvente,
Mateo-Rodríguez y Maroto Navarro, 2004, pp. 83-92).
El género, corresponde
a una construcción social de roles y rasgos atribuidos al papel que juegan los
hombres y las mujeres tanto en el ámbito público como en el ámbito privado.
Estas atribuciones sociales determinan la organización de las relaciones
sociales que frecuentemente tienden a ser jerárquicas y a atribuir mayor valor
a lo masculino. En el ámbito de la participación social en salud, se requiere
una valoración de la medida en que los estereotipos impuestos tiene mayor o
menor credibilidad o reconocimiento social, como es el caso de la racionalidad,
la fuerza y la facultad para tomar decisiones, asociados erróneamente solo a lo
masculino y determinando de esta manera la distribución inequitativa de la
posibilidad de tomar parte en la participación social en salud.
La política nacional
de participación en salud de El Salvador impulsa la equidad y la no
discriminación por género. Establece que “hombres y mujeres tendrán trato justo
y equitativo, que significa reconocer y valorar de manera equilibrada el
potencial de mujeres y hombres, así como las diferentes realidades, intereses y
necesidades de salud” (Ministerio de Salud del Gobierno de El Salvador, 2012,
pp. 53-85).
Para lograr una
equidad de género, es necesario reconocer que existen inequidades que determinan
oportunidades, acceso y control de los recursos; hace falta indagar cómo estas
inequidades limitan la participación de mujeres y no les permiten acceder al poder.
Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿es diferente el proceso de participación
social en salud para mujeres y hombres? y ¿en qué contextos se aprecian con
mayor claridad estas diferencias? Este estudio es una aproximación cualitativa
a los conceptos, mecanismos, significados y valores de la participación social
en salud desde la perspectiva de la sociedad civil. Tiene como objetivo general, caracterizar con un enfoque de género los
procesos de participación social en salud en la micro red de servicios de salud
de Corinto y micro red de servicios de salud de Perquín en el departamento de
Morazán. La zona donde se
realizó el estudio tiene una trayectoria histórica en la participación social y
organización comunitaria pre y post guerra civil de El Salvador desde los años setenta
y ochenta. Ocho de los nueve municipios estudiados se asocian organizativamente
con la estructura nacional del Foro Nacional de Salud (FNS), organización y
movimiento social por el derecho a la salud.
Este artículo está
orientado particularmente a exponer las limitantes encontradas para la participación
de las mujeres y busca, además, ofrecer información orientativa para aquellas
políticas públicas que aspiren a impulsar espacios comunitarios más inclusivos,
donde las mujeres tengan voz y voto en la toma de decisiones para el cuidado y
atención en salud.
El diseño muestral fue de carácter
teórico, estructural, definido por la residencia en las distintas áreas
geográficas. Como criterio de conformación de la muestra se utilizó el sexo; se
consideró la diversidad en nivel educativo, edad, cargos directivos o bases. La
estrategia de muestreo fue en bola de nieve y se realizaron entrevistas a
profundidad semi-estructuradas de duración entre 50 min y 2 horas, alcanzando saturación
a las 29 entrevistas, 14 mujeres, 15 hombres.
Tabla
1: distribución de la muestra
Sexo |
Nivel educativo |
Cargo |
|
Directivo |
No directivo |
||
Mujeres ( 3 < 35 años, 10 > 35años < 60años 1 > 60 años ) |
Educación básica |
1 |
8 |
Educación media |
3 |
1 |
|
Educación superior |
0 |
1 |
|
Total mujeres |
4 |
10 |
|
Hombres ( 4 < 35 años, 6 > 35 años < 60 años 5 > 60 años) |
Educación básica |
5 |
1 |
Educación media |
0 |
3 |
|
Educación superior |
3 |
3 |
|
Total hombres |
8 |
7 |
|
Total |
12 |
17 |
Fuente: elaboración propia.
Las entrevistas fueron grabadas y transcritas en su
totalidad. Se utilizó una libreta de campo y en la convivencia comunitaria se
asistió a las reuniones abiertas convocadas. Se establecieron categorías en la
guía de entrevista y a partir de la información recolectada surgieron sub
categorías de análisis. Se identificaron patrones y además se segmentó la
información por estratificación de la muestra para identificar similitudes y
peculiaridades al hacer un análisis de contenido utilizando software Atlas-ti.
Las personas participantes realizaron un consentimiento informado.
Los resultados han sido estructurados a
partir de categorías establecidas en la guía de las entrevistas y las sub-categorías surgieron de la
información recolectada desde el análisis de contenido y se encuentran
divididas en los apartados siguientes, así:
Tabla 2: Conceptos y formas de participación
Conceptos y formas |
Perfiles identificados en relación con
conceptos y mecanismos |
Citas relacionadas |
Colaboración con programas de salud |
Participación de tipo consultiva. Es bastante transversal en las
personas, la colaboración con la ejecución de programas es una idea que está
presente en todas las personas. |
“…un comité de lactancia materna, nos dieron la capacitación de
como aconsejar a las madres si eran primerizas, todo eso así”. E04, Mujer
de 49 años. |
Desarrollo social |
Los hombres se ven a sí mismos como responsables del desarrollo
social como fruto de la participación social. Es muy frecuente en hombres con
largas trayectorias de participación. |
"Estoy en diferentes
actividades relacionadas con el desarrollo de la comunidad, entre ellas lo de
salud”. E2,
Hombre de 73 años. |
Derecho ciudadano |
Personas con trayectorias largas de participación con formación
política y organizativa. Especialmente se evidencia en militantes de partidos
políticos y personas que han ostentado cargos en estructuras políticas
partidarias, con formación de este tipo. |
"es un deber,
es una responsabilidad... un
derecho es un compromiso de cada uno de nosotros, yo así lo veo". E8, Hombre de 55 años. |
Contraloría social |
Es más frecuente en mujeres y solo es mencionada en los
municipios donde el FNS está presente. Tiene muchas variantes en cuanto a sus
acciones, va desde la contraloría al nivel local hasta intervenciones en la
creación, formulación y evaluación de políticas públicas de salud a nivel
nacional. |
“no era venir a poner el dedo al personal, sino que venir a
hacer contraloría... que usuarias tengan una buena atención... ver que los
promotores estén trabajando” E20, Mujer 33 años. |
Fuente: elaboración propia.
Tabla 3: Espacios de participación para mujeres y hombres
Espacio encontrado |
Actividades de mayor envergadura |
Perfil de participantes |
Foro
Nacional de Salud (FNS) |
Discusión
y propuestas a políticas públicas y leyes. Movilizaciones y Capacitaciones. |
Mujeres
y Hombres |
Micro red
de Servicios de Salud |
Se
presentan planes de trabajo de Centros de Salud. Gestión de servicios. |
Mujeres
y Hombres |
Alianza
Regional de Salud (ARSAM) |
Aumentar
su representatividad con el objetivo de lograr incidencia en políticas
públicas. |
Mujeres
y hombres. Coordinación mujeres |
Comité
de Contraloría Social |
Levantamiento
de datos de satisfacción usuaria. Rendición de cuentas. |
Mujeres
y Hombres |
Comité
Local de Salud |
Suplir
falencias de Centro de Salud. Colaboran dentro de los programas de salud y
promoción de la salud. |
Mujeres
y hombres. De
predominio mujeres |
Asociaciones
de Desarrollo Comunal (ADESCO) |
Proyectos
para el desarrollo social, mejoras en la calidad de vida. Cargos electos por
personas asociadas. |
Mujeres
y hombres. De
predominio hombres |
Asambleas
Comunitarias |
Se
brindan conocimientos a la población relacionados con avances o retrocesos en
salud. |
Mujeres
y hombres. Coordinación hombres |
Fuente: elaboración propia.
Tabla 4: Significados, valoraciones y motivaciones
Significados, valoraciones, motivaciones |
Perfil de las personas y explicación de la
subcategoría |
Citas que reflejan
el resultado |
Reconocimiento
social |
Se manifiesta en mujeres y hombres. Los hombres
particularmente recalcan el impacto que tiene en su imagen. Las personas
cobran importancia en la dinámica social y se sale del anonimato. Es un
sentimiento compartido por participantes de todos los espacios. |
"Me siento satisfecha porque hemos tenido logros como ARSAM
o Comités de Contraloría Social en el sentido (que) primero tenemos
reconocimiento a nivel del Ministerio de Salud... El logro es la aceptación que tenemos en las comunidades”.
E10, Mujer de 53 años. “Cuando se consigue un beneficio para toda una comunidad se
siente bien uno, y que digan ah pues por estar en la directiva o porque
anduvieron esto es que se logró esto...”. E14,
Hombre de 34 años. |
Afirmación
de sí mismo y de su utilidad dentro del grupo |
Las
mujeres expresan cómo la participación las proyecta capaces e importantes
para el resto, las reafirma como personas que contribuyen al desarrollo de su
comunidad. La juventud refleja esta autodeterminación en sus discursos, el
tener una función dentro del grupo crea un mayor sentido de pertenencia. |
“Uno participando en cualquier cosa, es para que uno se oriente
y diga puchica esto me va servir... uno se siente como que la gente como que
a uno más lo apoya, uno siente de verdad que a uno ayuda pues”. E27,
Mujer de 43 años. "Para mí la satisfacción de ser útil a la sociedad que es
lo más importante siento yo… no excluirse uno solo, sino que pertenecer y
serle útil". E12, Hombre de 26 años. |
Legado
histórico familiar y comunitario |
Se manifiesta en mujeres y hombres. La
importancia del legado participativo se expresa como la tradición arraigada
que se transmite de generación en generación, se refieren mucho a los recuerdos
y al ejemplo que sus padres y abuelos les dejaron. |
“Después de eso se deja la lucha armada y
nosotros siempre hemos seguido con una experiencia organizativa con mujeres,
con jóvenes… dejamos una lucha armada y nos incorporamos a una lucha política
y social, donde había que exigir las mejores condiciones de vida, de salud,
de educación para la población”.
E10, Mujer de 53 años. |
Ruptura
de roles restrictivos socialmente asignados |
Las
mujeres, en su mayoría se refieren a su trabajo en participación como una
manera de romper con lo que culturalmente se espera de ellas. |
"[...] y también eso de andar participando a mí me ha
ayudado en mi hogar, porque en mi casa mis hijos ellos hacen el oficio en la
casa, y si yo pasara en la casa, solo yo lo hiciera quizá, no tuvieran ese
nivel de conciencia”. E20, Mujer de 33 años. |
Aprendizaje
y capacitación |
Las mujeres manifiestan que les
permite adquirir conocimientos que de otra manera no pudiesen adquirir,
generalmente por no tener acceso a una formación por el hecho de ser
mujer. |
“[...] como decían
que era varón, él sí podía ir a la escuela, el sí estudió, él sabe leer bien,
nosotras no, porque dijeron que como éramos hembras no ocupábamos letras… a
mí me dificulta bastante en comité eso le molesta a uno". E23, Mujer de 46 años. |
Búsqueda
de beneficios comunes comunitarios |
Las personas expresan que la
necesidad los hace movilizarse en la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Con el propósito de magnificar posibles beneficios que repercutan de manera
positiva, nace un esfuerzo colaborativo. |
"La participación social está enterada de cuáles son sus
necesidades en la comunidad… está consiente también de que le van a favorecer
a él no solamente individualmente sino de forma colectiva…". E2,
Hombre de 63 años. |
Búsqueda
de poder y construcción de democracia |
Predominio en hombres. Brinda la sensación
de poder a las personas. |
"Cuando usted no participa no puede opinar, ahí impuesto le
hacen las cosas a uno… cuando usted tiene parte en el poder usted habla y
tiene voz y voto para decidir y proponer". E18, Hombre
de 63 años. |
Fuente: elaboración propia.
Discusión de
resultados a partir de las principales inequidades de género encontradas
Se
encontró una división del trabajo en los procesos y las formas de la
participación en salud entre hombres y mujeres. En general, las actividades de
la participación se relacionan con los roles que se desarrollan en el hogar, donde
el hombre cumple un rol de proveedor y esta función se traslada a su trabajo en
la comunidad: él es generalmente quien maneja presupuestos, busca
financiamiento y distribuye las inversiones de los grupos y aunque hay mujeres
que también se encargan de estas actividades, los hombres predominan. Las
mujeres también reproducen sus funciones tradicionalmente asignadas en el
hogar, su rol de cuidadora de la familia se visualiza fuertemente en las
actividades de colaboración en la participación. Esta división del trabajo
dentro de la participación, obedece a los prejuicios relacionados al no
cumplimiento de un determinado rol impuesto llamado "femenino" o
"masculino" y tiene un peso importante en el actuar de las personas. De
acuerdo a estas afirmaciones y respondiendo a su rol impuesto de cuidadora, se
pasa de mujer cuidadora de la familia a mujer cuidadora de la comunidad y se
ven involucradas en los “quehaceres comunitarios”. De esta manera Renaturalizando (Esteban, 2003) la
desigualdad social de las mujeres argumentando de alguna manera que las
diferencias biológicas o psicológicas las inclinan hacia las labores de cuidado
dentro de la participación, es importante remarcar el hecho que es producto de
las inequidades de oportunidad para la participación y la presión social del
cumplimiento de roles socialmente impuestos para evitar caer en nuevas
explicaciones esencialistas de las diferencias entre hombres y mujeres en el
ámbito del cuidado.
No
sé cómo llamarle, pero las mujeres somos las que más participamos, los hombres
más ajenos a esto usted va ver la mayoría de mujeres entre unas cincuenta
mujeres habrán cuatro cinco hombres, entonces por eso yo creo que las mujeres a
pesar de todo el trabajo doméstico todo lo que vivimos a diario, la
responsabilidad como esposa como madre, entonces en medio de eso nos vamos
involucrando en los quehaceres comunitarios, por eso si usted ve aquí las que
más participamos somos mujeres. (E10, Mujer de 53 años)
Yo
sé que los comités (de salud) hay más mujeres, se tienen más confianza entre
ellas, otras que necesitan la planificación que porque no le llega la promotora,
todo esto siento que tiene que ser parte entre los comités (de salud), fomentando
eso, que lo vayan haciendo. (Hombre
de 34 años, E14)
A pesar de esto, las mujeres también
ejercen puestos directivos en las organizaciones, especialmente en la alianza
regional ARSAM y en los Comités de Contraloría Social y de Salud, coordinando
redes organizativas a nivel departamental codo a codo con autoridades de salud
del mismo nivel. En las asociaciones de desarrollo comunal generalmente son
vocales o secretarias, siendo hombres los presidentes aun cuando su nivel
académico es más bajo, pero en estas Organizaciones al ser de elección popular,
los hombres cuentan con mayor reconocimiento social. En las organizaciones
donde las mujeres sí ocupan puestos directivos, se realizan diversas acciones:
propuestas de proyectos de ley, convocan marchas e impulsan alianzas
regionales. Estas mujeres generalmente tienen un perfil característico, poseen
una formación política de base y experiencias organizacionales que se remontan
a muchos años atrás. La formación que se adquiere participando juega un papel
determinante en el empoderamiento, el aprendizaje es transformador y liberador
(Rodríguez Beltrán, 2009).
[...]
entonces la federación me ha dado esa oportunidad de formarme, tal vez no con
un título académico, sino que tengo todas las experiencias así acumuladas sin
tener el título, va, he pasado cursos de computación, de contabilidad, y no me dificulta
por tener un grado bajo de escolaridad. (E1, Mujer de 38 años)
Las mujeres que tienen una alta
participación en el Comité de Contraloría Social también realizan en sus
territorios encuestas de satisfacción usuaria, movilización social, cierran paso
de carreteras y se manifiestan en las calles, entregan cartas y solicitan
audiencias, son acciones que las personas reconocen no solo como existentes
sino como efectivas y que forman parte del proceso que llevan sus demandas.
Estas acciones son utilizadas para hacer denuncias, para demandar prestaciones
directamente a funcionarios del ministerio a nivel nacional o local, para
exigir políticas públicas y leyes al gobierno central y a la asamblea
legislativa.
Cuando
hay necesidad de manifestarse, también vamos a las manifestaciones, a la calle,
exigiendo verdad que el médico, la enfermera, ver que trabaja, que les dé un
buen trato a los pacientes. Y que el médico tenga más acercamiento con la
gente, que le explique el porqué la enfermedad, el porqué del medicamento. (E05,
Mujer de 49 años)
Las mujeres, en su mayoría, se refieren
a su trabajo en participación como una manera de romper con lo que
culturalmente se espera de ellas, sobre todo cuando son madres y amas de casa
dedicadas al trabajo doméstico. Participar es involucrarse en la esfera de lo
público y no solamente en la vida privada. A través de la participación, la
imagen de sí misma y su influencia en la dinámica de su familia cambia.
Me
ayuda a mi autoestima, porque yo me siento bien andar participando, compartir
con otras personas experiencias, eso le ayuda a uno personalmente, le ayuda a
sentirse bien, contento, porque yo en la casa no me gusta estar en la casa,
aunque yo sé que tengo trabajo (en la casa). (E20, Mujer de 33 años)
También fuera del hogar, pasa a ser
alguien “importante”, tanto para sus propios ojos como para los de su familia y
comunidad. Le devuelve confianza y
valor como persona y la empodera, retomando a Rodríguez Beltrán, (2009) que
identifica como estrategias para el empoderamiento desde la dimensión
psicológica cultural el abordaje de la autoimagen y la identidad, la
posibilidad de redefinir reglas y normas de género y adquirir conocimientos
para realizar actividades o metas que antes no pensaba realizar. Por ejemplo:
se desenvuelven en actividades de liderazgo y organización, administración de
recursos y formulación de proyectos, actividades que no habían tenido la
oportunidad de desarrollar en esos ámbitos, ni la oportunidad de ejecución a
nivel familiar y comunitario.
Para las mujeres que
ejercen participación en salud, las relaciones de poder dentro del sistema
patriarcal que conllevan subordinación hacia los hombres de su familia son
determinantes. Las entrevistadas usan expresiones como "no les dan
permiso", "las regañan", "a él no le gusta", etc. La
mayoría de las mujeres considera el solo hecho de tener una pareja como un
impedimento para realizar actividades de participación en salud. Las
entrevistadas hablan de las restricciones que la figura masculina en su vida
les impone para poder "salir" y "andar en la calle". Esta
figura masculina dominante es la pareja, pero este fuerte vínculo de dominación
masculina sobre la mujer también se expresa en el caso de no tener pareja, con
la presencia de un hermano o el padre.
Yo
estoy aquí sola, si yo estuviera con él no anduviera trabajando en las cosas
así, en la comunidad, ni saliera quizás, porque solo estar en la casa, ni en
una directiva no me dejara trabajar, es que no le gustaba. Y ahora ahí me ve
que yo salgo para donde yo quiero. (E11, Mujer de 58 años)
Otro rol que no siempre sufre una
ruptura, más bien se extiende en horarios o a terceras, es el que las mujeres
cumplen con su presencia en el hogar para hacerce cargo de las responsabilidades
exclusiva de las mujeres, cuidado de las/os niñas/os, adultos mayores e
incapacitados, y por supuesto los quehaceres domésticos. Ambas dificultades son
expresadas espontáneamente por todas las mujeres a la hora de contar sus
experiencias de participación y, particularmente, no son mencionadas como
obstáculos por los hombres. Ellas hablan de alargar las horas productivas del
día para realizar sus labores en el hogar, iniciando de madrugada con los
quehaceres, de forma que hacen evientes dobles y triples jornadas. García-Calvente
menciona cómo, a pesar de que las mujeres se involucran en ámbitos públicos, el
trabajo de la vida privada no se minimiza, lo que repercute en la salud de las
mujeres mismas o se “delegan” responsabilidades siempre en otras mujeres sin
romper el ciclo (García-Calvente, Mateo-Rodríguez y Maroto Navarro, 2004, pp. 83-91).
Lo que también se evidencia dentro de la participación de las mujeres, cuando
algunas mujeres mencionan la figura de la abuela, comadre, vecina u otras
figuras femeninas cercanas que son frecuentemente aludidas como la ayuda que
les permite ejercer una participación activa, de modo que otra mujer aun sin
ser de su familia, es quien da asistencia en sus tareas en este rol de ama de
casa y madre. Es relevante mencionar cómo su trabajo con las comunidades y su
participación en salud se ve condicionada al previo cumplimiento de su rol en
el hogar, es decir, si no se cumple deberá forzosamente retirarse de la vida
pública, como es el caso de algunas que mencionan haberse retirado por estas
razones o cuando sus niños eran pequeños.
y
me rogaron que me quedara (de directiva) y yo no les dije que no quería quedar,
yo por estos niños, a veces le toca ir a reuniones uno, yo tengo dos niños
chiquitos todavía. (E23, Mujer de 46 años)
[...]
bueno a veces... (no participaba) porque como yo tenía los dos niños, mis
hermanos, mi mamá pasaba solo enferma y a mí me tocaba todo el quehacer de la
casa, todo me tocaba, de ahí cuando vine para acá sí, porque tenía mi niña,
pero hay una vecina que ella me ayudó a mí, ella me ayudaba también, con mis
niños. (E27, Mujer de 43 años)
Las asignaciones culturales y las
imposiciones sociales de lo que es femenino también están inmersas en la
cultura participativa de las personas por lo que, cuando ocupan cargos en
alguna organización que demanden su tiempo fuera del hogar por más de un día,
se presentan sentimientos de ambivalencia alrededor del trabajo en
participación que a veces desincentiva a las mujeres a optar por cargos
directivos y las empuja a elegir cargos en los que solamente es requerida una
presencia local. Sánchez (2018) menciona que, aunque las mujeres se desarrollen
en una vida profesional, sigue siendo buena madre la que dedica tiempo a
cocinar a su familia, no ha desaparecido la presión de ser una madre
sacrificada y que mantiene un hogar limpio, Sánchez afirma que esta presión
repercute en la salud de las mujeres física y mentalmente.
Hay
veces que llego a la casa y a veces que no, porque si uno tiene salidas y
talleres y va estar semanas y todo eso yo soy madre de tres hijos y gracias a
Dios yo he tenido el respaldo de mi familia y me han apoyado que tengo a mi mamá
y entonces ellos me han apoyado a que mis hijos pasen casi solo con ella pero sí
al final yo me siento mal porque no se le puede dar el tiempo que los hijos
requieren, pero también me siento bien como ya se lo expliqué en la forma en
cómo he crecido bastante en conocimiento. (E1, Mujer de 38 años)
Participar les permite adquirir
conocimientos que de otra manera no podrían adquirir, generalmente por no tener
acceso a una formación superior formal y en algunos casos incluso básica. Las
mujeres recalcan mucho la importancia de una formación que les permita
participar de manera más efectiva, las capacitaciones que puedan recibir acerca
de temas como contraloría social, organización comunitaria, formación de
comités, elaboración de documentos, atención a enfermos y emergencias, primeros
auxilios, etc. facilitan las distintas funciones que desempeñan desde su
participación.
Las personas expresan
cómo no solo les agrada aprender cosas nuevas, sino les da herramientas que
mejoran su vida laboral, social y organizativa:
Siempre
he andado sacando talleres de formación, nos hemos capacitado en contraloría
social en las políticas públicas en salud, en las políticas públicas donde se
pueda hacer contraloría a todas las instituciones públicas, he participado en
talleres de formación donde se da el ciclo del proyecto, como se elabora un
perfil técnico, entonces eso, andar involucrada en eso creo que me ha ayudado a
mí llegar hasta donde ahorita estoy, más que todo lo hice por aprender, y así
fue como yo me fui involucrando al final que ya me fue gustando estar metida en
tantas cosas, y ahora pues ahora soy presidenta de la consultora de aquí del
municipio, presidenta de la Asociación de mi comunidad, o sea tengo varios
cargos y sigo siendo promotora voluntaria. (E11, Mujer de 48 años)
Bastante reconocidas son las
capacitaciones orientadas al empoderamiento de las mujeres y a la lucha contra
las desigualdades de género, son consideradas primordiales para el fomento de
la participación de mujeres. Muchas mujeres manifestaron reproducir las
capacitaciones de género que distintas ONG imparten y gracias a ellas lograr
mayor participación de las mujeres en cargos directivos y en presidencias de
organizaciones predominantemente masculinas. Las mujeres en general manifiestan
un interés por lograr la participación de otras mujeres, sobre todo jóvenes.
Ahora
ya tenemos mujeres que participan en cargos directivos, son presidentas de sus
cooperativas no solo por estar ahí, también tienen capacidad de propuestas,
entonces lo que nosotros hemos visualizado que para que la mujer ocupe espacio
tiene que tener un proceso de formación porque solo así porque es socia de una
cooperativa y quererla inducir que tiene que tomar esos cargos no se puede
porque tiene que pasar un proceso de formación para que despegue y después se
va adaptando y las cosas le van saliendo bien. (E1, Mujer de 38 años)
Existe una asociación de la
participación con la liberación de lo impuesto, estar organizado es sinónimo de
"no dejarse", de "no dejar que lo pasen a llevar", de
potenciar la aptitud para ejercer personalmente un derecho y el cumplimiento de
una obligación. Ese poder que como persona se ve aplastado cuando el sistema
económico le impone subordinación hacia el mayor capital, cuando el sistema
patriarcal le impone subordinación hacia los hombres. Entonces se busca una
sensación emancipadora que les devuelve colectivamente la autodeterminación que
el sistema mismo les despoja, para las mujeres la sensación emancipadora es aún
más sentida cuando participar les brinda autonomía y las sitúa en posiciones de
poder sobre sí mismas y sobre el grupo que representan, situaciones que
frecuentemente les son negadas en el hogar y aún sobre sí mismas y su cuerpo
(Lagarde, 2001).
La
utilidad que una persona tiene para el resto de la comunidad se reafirma al
participar en salud. El sentimiento de pertenecer y aportar a su comunidad de
forma activa genera una satisfacción personal y autoafirmación. Las personas
jóvenes en particular, reflejan esta autodeterminación en sus discursos. Este
punto cobra vital importancia en la participación de las mujeres, para quienes
ejercer su función como representantes de sus comunidades les devuelve un valor
personal agregado donde encuentran que son valoradas fuera de la vida en el
hogar. Es necesaria, entonces, una reeducación social que permita trascender
los estereotipos de género, pero sobre todo brindar herramientas a las mujeres
para vencer los obstáculos que se les imponen con mayor peso a la hora de
ejercer ciudadanía. Según Morgan (2007) las mujeres relacionan su papel en la
organización social, como una manera de encontrar "su lugar en el
mundo", muy parecido a las expresiones encontradas en las mujeres de este
estudio. Morgan enfatiza la importancia del empoderamiento en el propio
universo simbólico y en la cultura política. De igual manera Rodríguez Beltrán (2009)
dice que el empoderamiento no puede ser una mera transmisión de conocimientos o
responder a un modelo motivacional, sino que supone un enfoque de cambio, de
control de las personas y colectividades sobre sus propias vidas. Por lo
anterior, "un puesto en la mesa" no necesariamente significa un real
poder de incidencia. Esto sería, como menciona Lagarde, (2001) valorar
equivocadamente la presencia de mujeres como si su mera presencia garantizara
igualdad. La apertura facilita, pero no
garantiza una transferencia de poder, para construir un modelo de participación
democrático del que habla Cunill (2009) entre estado y sociedad civil; y mucho
menos para construir una democracia
genérica de la que habla Lagarde, donde se modifiquen y establezcan las
relaciones democráticas entre géneros.
En la participación social en salud existe un espejismo que
se crea debido a la abundancia de las mujeres, pero que, a pesar de ser
mayoría, están alejadas de puestos desde donde se toman las decisiones. Este es
uno de los hechos que García Prince plantea como uno de los más significativos
en la ilusión de igualdad, la visibilidad presencial de las mujeres en los
espacios pese a una existencia de segregación que la mantiene excluida de donde
simplemente no es aceptada (García Prince, 2006).
Las mujeres incluidas en el estudio que logran
cargos directivos tienen un perfil muy diferente a los hombres en los mismos
puestos. En la mayoría de los grupos, son los hombres quienes ocupan puestos de
presidencias y directivos. Generalmente un hombre, cualquiera que sea su perfil
(joven, viejo, casado, soltero, educación básica o técnica, etc.), llega a
situarse en puestos que les permiten tomar decisiones de gran envergadura. Aún
si tienen poca instrucción académica. En cambio, las mujeres que logran ocupar
cargos directivos tienen en común ciertas características: han tenido estudios
medios y/o superiores o complementado sus estudios de manera técnica, además, cuentan
con formación política organizativa y generalmente muchos años de experiencia
de trabajo con la organización social. Sin excepción, son mujeres que cuentan
con apoyo familiar (generalmente su propia madre) para poder ausentarse del
hogar y sus hijos ya han crecido lo suficiente para no necesitar su presencia
constante. Por lo que ésta distribución de poder es desigual, inequitativa y
responde a los patrones culturales de sobrevaloración masculina y subordinación
femenina al hogar.
Se
manifestó también que si se busca la participación de la mujer a través de
asignación de cuotas para puestos directivos, se cubren con mucha dificultad.
Esta dificultad está relacionada con inequidades de género más profundas: inequidades
estructurales y culturales, como el acceso a la educación formal y a la
autonomía económica, puntos que se abordan más abajo. En cambio, fue reconocido
por las entrevistadas que las intervenciones en la comunidad directamente
relacionadas al fomento del conocimiento y prácticas de la equidad de género
inician a una apertura de la participación en salud hacia las mujeres y desde las
mujeres para la participación. Estas intervenciones evitan que se limite la
participación de las mujeres a las acciones asociadas al cuidado materno
infantil y por el contrario las invitan a involucrarse, por ejemplo, al campo
del desarrollo social, hasta el momento claramente masculino, o como muchas
expresaron, las invita a animarse a postular a cargos directivos. Las
intervenciones relacionadas a las prácticas de la equidad de género también
abordan a las comunidades para un cambio en la visión de la mujer dentro de los
procesos participativos comunitarios.
La valoración del trabajo en
participación social, está relacionada con los logros que se han obtenido (de
los que han sido parte y de los que han sido históricamente adquiridos) y las
proyecciones que se realizan también están basadas en estas experiencias
exitosas. Esta valorización permite proyectarse de manera positiva y hasta
ambiciosa en el futuro a corto, mediano y largo plazo en la participación y sus
implicaciones. Dialécticamente, los logros validan su trabajo, fortaleciendo sus
asociaciones y posicionándolas en su comunidad y ante la institución con fuerte
reconocimiento social, proyectándolas nuevamente hacia incidencias mayores.
Esta auto motivación es renovada por nuevos proyectos e incentivos, sin dejar
de ser alimentada también por las historias personales, lo que va enriqueciendo
estos procesos para su conservación, defensa y crecimiento a futuro.
Me
siento satisfecha porque hemos tenido logros verdad, como alianza regional de
salud de Morazán ARSAM o Comités de Contraloría Social en el sentido (que)
primero tenemos reconocimiento a nivel del Ministerio de Salud, porque si
nosotros enviamos una solicitud, una carta lo que sea, nosotros inmediatamente
tenemos respuesta. Eso es uno de los logros, que haiga venido gente de nivel
central a supervisar las unidades de salud, laboratorios, el hospital y todo
eso, eso ha sido otro de los logros, verdad. El logro es la aceptación que
tenemos en las comunidades cuando nosotros queremos dar una información,
capacitación o lo que sea, esos son logros que se obtienen, yo creo que ha
habido muchos más, la misma subsistencia de la ARSAM, de los comités, de todo
eso, creemos que son logros importantes, que hemos logrado que haiga. (E10,
Mujer de 53 años)
La sostenibilidad económica para la
participación es identificada como un obstáculo por la mayoría de personas, los
voluntariados para la participación disminuyen el tiempo de trabajo y por ende
disminuyen mensualmente los ingresos familiares. La falta de recursos también
toma una distinción de género: para los hombres está ligado a dejar de proveer
o aún a pagar a quien realice su trabajo. Para las mujeres está relacionado a
un tema no solo de proveer y perder ingresos para su familia al dedicar el
tiempo a participar, sino un tema de ausencia de autonomía económica y
violencia patrimonial. Esta condición vuelve su involucramiento en la
participación dependiente a la “asignación de dinero y aprobación” que sus
parejas (o la figura masculina dominante en su vida, jefe de hogar), les
proporcionen para sus actividades fuera del hogar.
La cooperación de las ONG
facilita especialmente a las mujeres la posibilidad de involucrarse y
participar a través de subsidios de transporte y alimentación, pero su
intervención está limitada a la temporalidad de los proyectos existentes, sin
abordar la limitación estructural de vulneración de sus derechos.
Digamos,
mandan a Perquín a una reunión ya se ocupan un par de dólares, entonces hay
veces que lo que uno tiene que programar, así su programación económica, tengo
que ir a esta reunión y dejar de ir a tal parte. (E14, Hombre de 34 años)
La
alianza no tiene fondos para difundir, para trabajar con la base o sea más que
todo es coordinarlas, entonces las organizaciones como que, las ONG también
tienen que tener esa parte de incidencia porque las ONG y las instituciones les
llegan fondos donde también pueden trabajar con la base para hacer un trabajo
más social para que la gente participe, para que la gente se motive va, lo otro
es que la alianza mejor de los pocos recursos que se ha tenido por medio de
FECANM y ASPS cada año elaboramos un plan de acción y de actividades que vamos
a realizar y lo logramos ejecutar pues durante el año y al final vemos los
resultados de lo que lo que logramos ejecutar de lo que nos dio y no nos dio. (E1,
Mujer de 38 años)
El ejercicio de la participación
significa retribuciones personales que involucran una afirmación de sí mismos
como personas y su utilidad en el grupo al que pertenecen, lo que compensa la
privación de poderes individuales por las macro estructuras económicas,
políticas y patriarcales brindando una sensación emancipadora. Esta privación
se agudiza en las mujeres que viven violencia de género en sus familias y
comunidades, para las cuales la participación conlleva una sensación
emancipadora del sistema, pero también una ruptura de los roles opresivos que
le atañen, constituyendo su incursión en la vida pública un fuerte e importante
significado de la participación.
Las intervenciones
directas a través de capacitaciones y talleres en organización y contraloría
social, pero sobre todo en equidad de género, se vuelven, según las mujeres
entrevistadas, incluso más efectivas que la asignación de cuotas. La formación
que la comunidad y la mujer reciben, la empodera para ejercer cargos directivos
y la prepara para afrontar la violencia de género que existe dentro de las
organizaciones, en su propia familia y con el personal de salud. Estas
formaciones dirigidas hacia vencer las barreras de género que dificultan la
participación de las mujeres, abre la oportunidad a que las mujeres se
involucren en la vida política.
La dificultad
económica, concentrada en el gasto en transporte y alimentación, atribuible a
la participación en salud, fue la principal dificultad manifestada, con el
agravante de que para las mujeres que dependen económicamente de sus parejas,
la asignación monetaria se les niega para limitar la vida pública que sus
compañeros no aprueban, violentando de esta manera sus derechos ciudadanos. La
contribución de las ONG en la sostenibilidad económica es buscada de manera
directa por las organizaciones sociales, así, estos organismos adquirieren un
reconocimiento popular en los territorios como facilitadores de procesos.
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