EL
GÉNERO IMPLÍCITO DE LAS CARRERAS UNIVERSITARIAS DE LA UNIDAD ACADÉMICA
MULTIDISCIPLINARIA MANTE
THE IMPLICIT GENDER OF UNIVERSITY PROGRAMS AT THE
MULTIDISCIPLINARY ACADEMIC UNIT MANTE
Karen Alejandra Serna Tello[1]
Alejandro Miguel Rosas Mendoza[2]
DOI: https://doi.org/10.32870/lv.v7i60.7896
Resumen
En este trabajo se
describe una investigación que busca establecer qué género asignan los estudiantes
a seis carreras universitarias. El trabajo se dividió en dos fases: en la
primera, se analizaron los datos estadísticos, del 2010 al 2022, del número de
alumnos de nuevo ingreso a las carreras diferenciados por género; en la segunda
parte se buscó conocer las opiniones de los estudiantes sobre la diferencia encontrada
en el número de alumnos y alumnas admitidos en cada carrera, para esta fase se
eligieron diez estudiantes de cada carrera para realizarles una entrevista estructurada
de preguntas abiertas. Se utilizó una metodología teórica-deductiva con enfoque
cuantitativo para el análisis estadístico y una analítica-sintética con enfoque
cualitativo para las entrevistas. Entre los resultados se obtuvo que, de manera
estadística, a las carreras universitarias consideradas en el estudio sí se les
ha asignado un género; y que, además, cuando a los estudiantes se les cuestiona
si las carreras tienen género, responden que no. Pero en la entrevista, sus
respuestas y comentarios, permiten afirmar que ellos sí asignan un género a las
carreras universitarias y que coincide con el hallado en el análisis
estadístico.
Palabras clave: género, brecha de género, elección de carreras
universitarias, carreras feminizadas, carreras masculinizadas
Abstract
This work describes research that seeks to establish what gender students
assign to six university courses. The work was divided into two phases, in the
first one, the statistical data, from 2010 to 2022, of the number of students
new to careers differentiated by gender was analyzed. In the second part, we
sought to know the students opinions on the difference found in the number of
male and female students admitted to each degree program. For this phase, ten
students from each major were chosen to conduct a structured interview with
open questions. A theoretical-deductive methodology with a quantitative
approach was used for the statistical analysis and an analytical-synthetic
methodology with a qualitative approach for the interviews. Among the results,
it was obtained that, statistically, the university majors considered in the
study have been assigned a gender; and that furthermore, when students are
asked if the courses have gender, they answer no. But in the interview, their
answers and comments allow us to affirm that they do assign a gender to the
university major and that it coincides with the one found in the statistical
analysis.
Keywords: gender, gender gap, college
career choice, female careers, male careers
Recepción: 1 de diciembre de
2023/Aceptación: 4 de marzo de 2024
Introducción
Actualmente,
existe una gran difusión sobre la igualdad entre hombres y mujeres en diversos
aspectos de la vida humana, como los derechos, las oportunidades, los estilos
de vida, entre otros. En esta investigación se muestra que, a pesar de ello,
existen representaciones sociales enfocadas en el género al momento de elegir
una carrera profesional.
De
acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura [UNESCO] (2017), las carreras en donde prevalece un mayor
número de hombres son la Ingeniería y las de Tecnologías de la Información y
Comunicación, cuyas tasas globales de matriculación de mujeres son del 28% y 27%,
respectivamente. Por ello, es importante que exista
igualdad de oportunidades en las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las
matemáticas para mejorar la competitividad de los países, tal como lo menciona
la Organización de las Naciones Unidas Mujeres para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de las Mujeres, o su nombre corto ONU Mujeres (ONU Mujeres, 2020).
Definición de género
Para explicar la igualdad de género en las
diferentes carreras profesionales, es necesario definir el concepto de género.
Según el análisis de Palomar Verea (2004), el género actúa como un principio
organizador de las relaciones sociales, basado en la diferencia sexual. Esta
distinción no solo establece roles y expectativas de género, sino que también
genera una compleja red de jerarquías, distinciones y categorías diferenciales
que afectan a las personas en su vida cotidiana y en su desarrollo personal y profesional.
Por su parte, Hierro
(1995) subraya la necesidad de distinguir entre el sexo, que es una realidad
biológica, y el género que se construye socialmente en torno a características
sexuales específicas. El género implica la interpretación del significado
social asociado al sexo asignado al nacer, lo que a su vez influye en la manera
en que se espera que las personas se comporten, se relacionen y se identifiquen
en la sociedad.
En su análisis, Lagarde
(1996) amplía esta visión al señalar que el género trasciende lo biológico y se
entrelaza con aspectos socioeconómicos, políticos y culturales. A su vez,
destaca cómo la interacción histórica de estos elementos moldea y refuerza las
normas de género en una sociedad determinada. Aunque el sexo es un componente
importante, el género es una construcción dinámica que se desarrolla a lo largo
del tiempo y en interacción con el entorno social. Esto implica que la
identidad de género de cada individuo no es algo predeterminado al nacer, sino
que se forma y se transforma continuamente en respuesta a las experiencias y
las influencias sociales.
Fundamentos
teóricos sobre igualdad de género en jóvenes universitarios
En el presente, se comprende que el
entorno social de cada individuo moldea tanto el conocimiento adquirido como
las habilidades desarrolladas. Por ello, es necesario destacar que esta
investigación está basada en las representaciones sociales que, como menciona Jodelet,
conciernen
a la manera cómo nosotros, sujetos sociales, aprendemos los acontecimientos de
la vida diaria… Este conocimiento se constituye a partir de nuestras
experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos, y modelos de
pensamiento que percibimos y transmitimos a través de la tradición, la
educación y la comunicación social… es un conocimiento socialmente elaborado y
compartido. (Jodelet, 1988, como se citó en Gili Diez et. al., 2018, p. 18)
Del mismo modo, de acuerdo con Moscovici
(1981, como se citó en Bruel dos Santos et al., 2013, p. 244), “Se entienden las
representaciones como entidades en sí mismas, realidades mentales; es decir,
construcciones psíquicas y materiales: son informaciones acerca del
conocimiento del ‘sentido común’”. Las representaciones sociales forman
identidades de grupos y deben comprenderse como una teoría acerca de cómo los
nuevos saberes son acomodados en la sociedad. En pocas palabras, “las
representaciones sociales tienen que ver con procesos de creación colectiva de
significados que dan lugar a cogniciones comunes que unen a sociedades,
organizaciones y grupos” (Höijer, 2011, p. 4).
Siguiendo esta línea de
pensamiento, Palomar Verea (2004) destaca que la perspectiva de género implica
adoptar un enfoque específico para entender la dinámica de la sociedad,
partiendo de la premisa de que la masculinidad y la feminidad son
construcciones culturales más que realidades biológicas. Esta perspectiva
reconoce que las desigualdades sociales derivadas del sexo están estrechamente
ligadas a cómo se configura la dicotomía hombre/mujer en la percepción
colectiva. Por consiguiente, Hierro (1995) aboga por una educación que desafíe
los estereotipos de género tradicionales y promueva la igualdad de género,
reconociendo la dinámica del contexto social en el que se desenvuelve el
aprendizaje. Esta transformación se justifica por la naturaleza dinámica del
contexto social en el que se desarrolla el aprendizaje, caracterizado por
períodos de cambio acelerado. Por su parte, Lagarde (1996) argumenta que nacer
con un sexo biológico femenino no determina automáticamente la identidad de
género de una persona; esta se forma a través de la interacción con la sociedad
y su cultura. Es decir, la configuración del género es un proceso social que
ocurre individualmente con cada persona. De esta manera, no se nace con una
identidad de género predefinida, sino que se construye a lo largo de la vida.
En general, las
representaciones sociales y la perspectiva de género ofrecen un enfoque
fundamental para entender las identidades de género en la sociedad de constante
transformación. Estos dos marcos teóricos resaltan la necesidad de una
educación que vaya más allá de la transmisión de información y promueva un
entendimiento profundo y reflexivo de cómo se construyen y se perciben las
identidades de género en diversos contextos culturales y sociales. Una
educación que integre tanto las representaciones sociales como la perspectiva
de género puede ayudar a crear una sociedad más inclusiva, donde todos los
individuos tengan la oportunidad de desarrollarse plenamente, independientemente
de su género.
Inicio de
desigualdad de género en la educación
Desde la infancia hay un involucramiento
con diferentes ámbitos que van limitando las oportunidades que tienen las
mujeres. Las niñas son tres veces más propensas que los niños a verse a sí
mismas trabajando en profesiones del área de la salud, mientras que los niños
son dos veces más propensos que las niñas a verse a sí mismos trabajando en
ingeniería, de acuerdo con los resultados del Programa para la Evaluación
Internacional de Alumnos (PISA) del año 2015 (Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económico, 2016).
Un aspecto a considerar
son los estereotipos de género por los que se atribuyen capacidades diferentes
o un nivel diferente de desarrollo a las niñas y los niños para su desempeño en
diferentes disciplinas (Cátedra Regional UNESCO Mujer Ciencia y Tecnología en
América Latina, 2019). De la misma forma, los medios de
comunicación y las redes sociales refuerzan la idea de que las carreras de
ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés),
no se adaptan a la vida familiar a la que deberían aspirar, la mayoría de las
figuras de un científico están relacionadas con hombres (Long et al., 2010), lo
cual desalienta a las niñas a ingresar al mundo de la ciencia y la tecnología. También
influyen las expectativas y valoraciones de habilidades trasmitidas a través de
la familia y los entornos escolares. Las opiniones de padres pueden influenciar
la autopercepción de niñas y niños respecto a sus capacidades para determinados
campos de estudio, e incidir en su desempeño y en sus elecciones profesionales
(Cátedra Regional UNESCO Mujer Ciencia y Tecnología en América Latina, 2019).
Además, como apunta Tapia
González (2016), durante mucho tiempo, las niñas han sido educadas bajo un
modelo que las insta a ser dependientes y pasivas. Desde una edad temprana, se
les desalienta de interesarse por las ciencias y se les prepara para adoptar
roles tradicionales de género. Vestidas con accesorios adornados y limitadas en
su expresión de creatividad e ingenio, comienzan a practicar roles de
maternidad a través de juguetes diseñados específicamente para esos roles.
En conclusión, es
evidente que las niñas enfrentan múltiples barreras que obstaculizan su acceso
a oportunidades y su desarrollo en campos profesionales diversos. Es necesario
abordar estos desafíos desde una perspectiva integral, promoviendo la igualdad
de género en todos los ámbitos de la sociedad y fomentando un entorno que
estimule el desarrollo pleno de las capacidades y potencialidades de todas las
personas.
Importancia de
la igualdad de género en el ámbito profesional
Se requiere enfrentar los obstáculos que
dificultan el acceso a oportunidades, propiciando así la igualdad de género en
la sociedad y, en el caso de este estudio, en el sentido profesional. Es
importante destacar que se considera que los trabajos del futuro requerirán
competencias STEM, anticipándose que hasta el 75% de los empleos estarán
relacionados con estas disciplinas (UNESCO, 2018). Es necesario lograr que las
mujeres se desarrollen en el ámbito de la tecnología debido a que sin ellas los
avances podrían verse distorsionados por los sesgos y prejuicios (UNESCO, 2018).
Por otro lado, la equidad
de género tiene un gran impacto económico. Un estudio realizado por el
Instituto Europeo de la Igualdad de Género (2017) muestra los beneficios
económicos y el impacto positivo de alcanzar la igualdad de género en la educación
en STEM. La investigación muestra que la igualdad de género impacta sobre el
producto interno bruto per cápita. De tal manera que, si la brecha de género
fuese menor en la educación en STEM en la Unión Europea para el año 2050, esto
redundaría en un aumento del PIB per cápita de entre el 2.2% y el 3% en la
región. En términos monetarios, esto conduciría a un aumento del PIB de entre
€610.000 y €820.000 millones y la creación de entre 850.000 y 1.200.000 empleos
para el año 2050.
De igual manera, un estudio
del Global Institute muestra que, al promoverse la igualdad de las mujeres,
para el 2025 podrían agregarse 12 billones USD (o el 11%) al PIB mundial
(McKinsey Global Institute, 2015). Los resultados mencionan que “en un
escenario de potencialidad plena, en el que las mujeres desempeñen un papel
idéntico al de los hombres en el mercado de trabajo, para 2025 podrían
agregarse hasta 28 billones USD, o el 26%, al PIB mundial” (ONU Mujeres, 2020,
p. 32).
Por su parte, el fomento
de la participación de las mujeres en el ámbito tecnológico no solo es crucial
para evitar sesgos y prejuicios en los avances futuros, sino que también tiene
un impacto económico significativo. Estos hallazgos subrayan la importancia de
eliminar las barreras de género en el acceso y la participación en campos STEM
y en el mercado laboral en general para impulsar el crecimiento económico y
social a nivel global.
Representación
de mujeres y hombres en carreras universitarias
Actualmente el mercado de trabajo global cada
vez es más impulsado por la ciencia, la tecnología y la innovación, por lo cual
“es esencial nivelar el campo de juego para las mujeres en el área de las
ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas para mejorar la
competitividad de los países” (ONU Mujeres, 2020, p.15).
Tal como lo refleja un
estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (López Bassols et
al., 2018), en todos los países de la región, las mujeres son una minoría en el
campo de la Ingeniería, la Industria y la Construcción, y en las Tecnologías de
Información y Comunicación. Los dos países que presentan las mayores
disparidades en este sentido son Chile y El Salvador, donde las mujeres representan
el 17% del total de graduados de esos campos.
A
su vez, Gómez (2019), en una investigación realizada en Costa Rica, reportó el
índice de Prejuicio Profesional que tienen los jóvenes con respecto al tipo de carrera
que estudian los hombres y las mujeres, con una muestra de 800 individuos de 12
a 19 años. Encontró que 8 de cada 10 consideran que las carreras tienen género
y basados en ese prejuicio seleccionan qué estudiar o qué no. Analizaron 14
carreras universitarias, como Medicina, Ingeniería Industrial y en Sistemas, e Ingeniería
en Sistemas, y encontraron que el 79.9% de los entrevistados consideran que
Enfermería es una carrera feminizada, mientras que el 74.3% considera que Ingeniería
en Sistemas es una carrera masculinizada. Finalmente, Gómez comenta
“cuando nos preguntan si una carrera tiene género, razonamos y generalmente
respondemos que no, muchas veces actuamos por un supuesto impulso o pálpito que
en el fondo esconde estos prejuicios” (2019, párr. 9).
En 1970 en México, del total
de estudiantes en nivel superior, el 17.26% eran mujeres y el 82.74% era
representado por el género masculino. Para 1970 y para el ciclo 2022-2023 (Secretaría
de Educación Pública [SEP], 2022) fue de 54% y 46% respectivamente. Sin
embargo, todavía existe una influencia en el género de acuerdo con un análisis
de la matrícula universitaria por áreas de conocimiento.
Tabla 1
Matrícula de Educación Superior por Campo
de Formación Académica según Sexo
|
2019-2020 |
2020-2021 |
2021-2022 |
2022-2023 |
||||
Campo de formación académica |
M |
H |
M |
H |
M |
H |
M |
H |
Administración y negocios |
56% |
44% |
57% |
43% |
57% |
43% |
57% |
43% |
Agronomía y veterinaria |
41% |
59% |
43% |
57% |
46% |
54% |
45% |
55% |
Artes y humanidades |
56% |
44% |
57% |
43% |
58% |
42% |
59% |
41% |
Ciencias de la salud |
67% |
33% |
68% |
32% |
69% |
31% |
69% |
31% |
Ciencias naturales, matemáticas y estadística |
50% |
50% |
50% |
50% |
51% |
49% |
50% |
50% |
Ciencias sociales y derecho |
59% |
41% |
60% |
40% |
61% |
39% |
61% |
39% |
Educación |
73% |
27% |
74% |
26% |
74% |
26% |
74% |
26% |
Ingeniería, manufactura y construcción |
30% |
70% |
31% |
69% |
32% |
68% |
32% |
68% |
Servicios |
49% |
51% |
50% |
50% |
51% |
49% |
51% |
49% |
Tecnologías de la información y la comunicación |
24% |
76% |
24% |
76% |
24% |
76% |
24% |
76% |
Fuente: Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (2019-2023).
Familias
tradicionales, androcéntricas e influenciados por los estereotipos de género,
dan como resultados estudiantes tradicionales, androcéntricos y estudiando
carreras universitarias acorde a los estereotipos de género. Los jóvenes que
estudian carreras profesionales que no corresponden a su género, … en [su] casa
ya hubo una ruptura de estereotipos. (Aragón Macías et al., 2019, p. 278)
También
mencionaron que el personal reconoció la creciente presencia de las mujeres en
las aulas universitarias. Por otro lado, mencionaron que hombres y mujeres
eligen carreras profesionales en función de roles de género tradicionales, por
ejemplo, la mujer al momento prevé oportunidades laborales que le permitan cumplir
con actividades en el hogar. Igualmente, señalan que los hombres son más
cerrados para aceptar a las mujeres en sus grupos; y que, probablemente, estén
influenciados por estereotipos de género sintiendo que las mujeres no deberían
estar estudiando ingeniería junto a ellos.
De igual manera,
estudiaron cómo influye el ámbito social sobre la decisión profesional del
estudiantado considerando que las mujeres estudian carreras afines con su
identidad de género tradicional, como Educación, Psicología, Nutrición,
Enfermería y Administración, porque pueden desempeñarse más cómodamente los
roles a los que se les han asociado, ya que, mediante esas actividades, se
reproducen sus papeles como cuidadora, salvadora, rescatadora o transmisora de
valores. Aragón Macías et al. (2023) concluyen que la cultura de género se
gesta al interior de los hogares y se fortalece mediante varias instituciones, en
consecuencia, las Instituciones de Educación Superior ofertan entre sus
programas carreras feminizadas y masculinizadas.
Metodología
Para esta investigación, se llevó a cabo
una metodología teórica-deductiva para el análisis estadístico, ya que permite
tener una perspectiva de la historia de ingreso por género en la universidad y
analítica-sintética para la investigación en la obtención de opiniones de los
estudiantes.
Se emplearon dos
entrevistas estructuradas de preguntas abiertas, las cuales buscaron obtener la
opinión de estudiantes sobre el ingreso a la universidad con una perspectiva de
género. Esto como parte de una investigación con enfoque cualitativo, la cual
busca comprender fenómenos sociales desde la perspectiva de los participantes, que
permite capturar la complejidad y la riqueza de las experiencias humanas.
Siguiendo la aproximación propuesta por Monje Álvarez (2011), este enfoque se
centra en el estudio de sujetos reales, quienes aportan información sobre sus
propias vivencias, opiniones, valores y percepciones. Esto ofrece una
oportunidad para explorar en profundidad los significados y las
interpretaciones que los individuos atribuyen a su realidad, lo que puede
enriquecer la comprensión de diversos fenómenos sociales.
La primera muestra de
entrevistados estuvo compuesta por veinte estudiantes pertenecientes a diversas
carreras, incluyendo Ingeniería Agrónoma, Ingeniería Bioquímica Industrial,
Ingeniería en Sistemas Computacionales, Licenciatura en Nutrición y Salud
Integral, Licenciatura en Enfermería y Licenciatura en Contaduría Pública. Para
la segunda ronda de entrevistas, se amplió la muestra a sesenta estudiantes,
seleccionando diez representantes de cada una de las carreras mencionadas. Las
entrevistas se llevaron a cabo en áreas de descanso dentro del campus
universitario, con el objetivo de crear un ambiente propicio para que los
participantes se sintieran cómodos y dispuestos a compartir abiertamente sus
respuestas.
Además, se llevó a cabo
un análisis de los datos de ingreso a la universidad desglosados por carrera y
género, que abarcó el periodo comprendido entre los años 2010 y 2022. Este
análisis se enmarcó en un enfoque cuantitativo, ya que se empleó la recolección
de datos mediante mediciones numéricas y su posterior análisis estadístico, con
el fin de identificar posibles patrones de comportamiento en relación con las
variables estudiadas (Hernández Sampieri et al., 2010).
El diseño metodológico
utilizado fue no experimental, dado que no se realizaron manipulaciones de
variables, sino que se observaron los fenómenos tal como se presentaban en su
ambiente natural. Además, se caracterizó como un estudio transversal, puesto
que se evaluó una situación específica en un punto determinado del tiempo, lo
que permitió obtener una instantánea de la situación de ingreso a la
universidad en el periodo analizado (Hernández Sampieri et al., 2010). Este
enfoque metodológico proporciona una perspectiva amplia y detallada de los
datos recopilados, lo que contribuye a una comprensión más completa de la
dinámica de ingreso a la educación superior en relación con el género y las
diferentes carreras universitarias.
Resultados.
Análisis
estadístico de ingreso
Se recopiló información estadística de la
matrícula escolar la cual se analiza desde una perspectiva de género. Se
presenta la evolución del porcentaje proporcional de hombres y mujeres que
ingresan a las carreras ofrecidas en la Unidad Académica Multidisciplinaria
Mante (UAMM). Se observó que la matrícula muestra similitudes en las carreras
de Ingeniero Agrónomo e Ingeniero en Sistemas Computacionales por el bajo
porcentaje de mujeres que ingresan. En el año 2010 el porcentaje de mujeres que
ingresaron a Ingeniero Agrónomo era de 13%, lo cual se mantiene, ya que en el
año 2022 fue del 15%. Mientras que en Ingeniero en Sistemas Computacionales el
porcentaje de mujeres que ingresaron en el año 2011 fue del 25% y en el 2022
del 28%.
Porcentaje de ingreso a las carreras de
Ingeniero Agrónomo e Ingeniero en Sistemas Computacionales.
Fuente: Elaboración propia con datos de la
Unidad Académica Multidisciplinaria Mante, Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Por otro lado, las dos carreras que
presentan un menor porcentaje de estudiantes hombres son Licenciatura en
Enfermería y Licenciado en Nutrición y Salud Integral. La figura dos muestra un
porcentaje de ingreso de hombres del 33% para el 2011 y en el 2022 uno de 29%.
En Licenciado en Nutrición y Salud Integral para el 2013 un porcentaje de 24% y
para el 2022 del 30%.
Porcentaje de ingreso a las carreras de
Licenciatura en Enfermería y Licenciado en Nutrición y Salud Integral.
Fuente: Elaboración propia con datos de la
Unidad Académica Multidisciplinaria Mante, Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Otra similitud encontrada fue en las
carreras de Contador Público e Ingeniero Bioquímico Industrial en donde, a
través de los años, se ha mantenido una cantidad uniforme en los ingresos. Para
el año 2013 en Ingeniero Bioquímico Industrial, el 55% de los que ingresaron
fueron hombres y para el 2022 el 58% fueron mujeres. En Contador Público en el
2013 hubo un porcentaje del 53% de ingreso en hombres y en el 2022 fue del 55%
en mujeres.
Porcentaje de ingreso a las carreras de
Ingeniero Bioquímico Industrial y Contador Público.
Fuente: Elaboración propia con datos de la
Unidad Académica Multidisciplinaria Mante, Universidad Autónoma de Tamaulipas.
La información recolectada y analizada
desde una perspectiva de género en la matrícula escolar de la UAMM revela
diferencias significativas en la distribución de género en diversas carreras.
Por ejemplo, en carreras como Ingeniero Agrónomo e Ingeniero en Sistemas
Computacionales, el número de mujeres que ingresan sigue siendo muy bajo,
mientras que, en Licenciatura en Enfermería y Licenciado en Nutrición y Salud
Integral, predominan las mujeres. Mientras algunas carreras muestran una
cantidad similar de ingreso de hombres y mujeres a lo largo del tiempo, como
Contador Público e Ingeniero Bioquímico Industrial.
Entrevistas
Las entrevistas se enfocaron en
estudiantes pertenecientes a diferentes semestres de las seis carreras de la
UAMM. Su objetivo principal es captar si de manera implícita asignan un género
a las carreras de la Unidad y la forma en la que esto se hace presente en el
ingreso y permanencia en dichas carreras.
En primera instancia, se
realizó una entrevista de preguntas cerradas en la cual se cuestionaba de
manera directa a los estudiantes si consideraban que las carreras de la Unidad
tienen género, sin embargo, el 100% indicó que las carreras no tienen género. Para
obtener respuestas más específicas, se optó por crear otra entrevista de
preguntas abiertas enfocada en las habilidades necesarias para estudiar la
carrera, cuáles habilidades tenían ellos de manera personal, si esas
habilidades las tendrían hombres y mujeres por igual (se preguntó sobre el
género opuesto al del entrevistado), para los estudiantes de Ingeniero Agrónomo
e Ingeniero en Sistemas Computacionales por qué consideraban que hay más
hombres que mujeres en la carrera, para los estudiantes de Ingeniero Bioquímico
Industrial y Contador Público por qué la misma cantidad, y a los estudiantes de
la Licenciatura en Enfermería y Licenciado en Nutrición y Salud Integral por
qué hay más mujeres que hombres. Por ello, se describirán las respuestas en
categorías.
Habilidades
necesarias para la carrera
Sobre la carrera de Ingeniero Agrónomo los
estudiantes mencionaron que, para estudiar la carrera, las habilidades
necesarias principalmente son la motivación, gusto y experiencia en el campo.
Para la carrera de Ingeniero en Sistemas Computacionales son la lógica, las matemáticas,
la programación y conocimientos de computación. Para Ingeniero Bioquímico
Industrial son las matemáticas, la física, la química, el trabajo en equipo, la
responsabilidad y la curiosidad por experimentar. En Contador Público son el
pensamiento crítico, la contabilidad básica, la honestidad, las matemáticas, el
sentido empresarial, manejo de software y la facilidad con los números. Para
Licenciatura en Enfermería son la empatía, la responsabilidad, la puntualidad,
la paciencia, la comunicación interpersonal y la perseverancia. En Licenciado
en Nutrición y Salud Integral son la paciencia, ética, tolerancia, resistencia
física y mental, el cocinar y la comprensión.
Habilidades con
las que se cuentan
Las habilidades que los estudiantes de
Ingeniero Agrónomo consideran que tienen son el gusto, el conocimiento y la
experiencia en el campo, el estudio en clase y el análisis. Para Ingeniero en
Sistemas Computacionales, la lógica, la resolución de problemas, el conectar
cableados, las matemáticas, la programación y la robótica. En Ingeniero
Bioquímico Industrial la comprensión lectora, la empatía, el trabajo en equipo,
las matemáticas, la biología, la curiosidad y la responsabilidad. Para Contador
Público, la responsabilidad, el pensamiento crítico, las matemáticas, el manejo
de software, la honestidad, la perseverancia, el cálculo con los números y la
paciencia. Para Licenciatura en Enfermería, la empatía, la responsabilidad, la
puntualidad, la creatividad, la honestidad, la paciencia, la vocación y la comunicación
interpersonal.
Habilidades por
género
Cuando a los estudiantes de Ingeniero
Agrónomo se les preguntó si el género opuesto tendría las habilidades que
mencionaron que poseían, la mayoría de los hombres respondió que sí porque no
importa el género, todos tienen la misma capacidad. Sin embargo, uno mencionó
que “puede que sean iguales, tal vez menos una mujer” (Ingeniero Agrónomo,
comunicación personal, 15 de marzo del 2023). Una estudiante mencionó que los
hombres son menos propensos a desarrollar las habilidades de estudio que ella
poseía como leer y resumir.
Para la carrera de
Ingeniero en Sistemas Computacionales, los comentarios fueron neutrales, tanto
hombres como mujeres respondieron que las habilidades las desarrollan ambos por
igual ya que es cuestión de empeño.
En Ingeniero Bioquímico
Industrial, la mayoría respondió que todos desarrollan las mismas habilidades
ya que se trata de práctica y gusto. No obstante, una alumna respondió que
“algunos hombres no quieren trabajar con mujeres porque se ofenden que ellas
sepan más” (Ingeniero Bioquímico Industrial, comunicación personal, 16 de marzo
del 2023) y otra mencionó que “para algunos de ellos es más difícil
desarrollarlas” (Ingeniero Bioquímico Industrial, comunicación personal, 23 de
marzo del 2023).
Para Contador Público y
Licenciatura en Enfermería, el 100% mencionó que todos contamos con las mismas
capacidades sin importar nuestro género, todo depende del entusiasmo que
tengamos por aprender.
En Licenciado en
Nutrición y Salud Integral la mayoría respondió que sí, sin embargo, la
justificación de su respuesta varía. Algunas mujeres mencionaron que los
hombres sabían cocinar debido a supervivencia o si les enseñaron desde chicos.
Un alumno comentó que “la mujer es más habilidosa, puede incluso tener más
paciencia” (Licenciado en Nutrición y Salud Integral, comunicación personal, 24
de marzo del 2023). Otro alumno mencionó que “incluso las mujeres las
desarrollan más que los hombres” (Licenciado en Nutrición y Salud Integral,
comunicación personal, 24 de marzo del 2023).
Diferencia de
porcentaje de ingreso y permanencia entre hombres y mujeres
De acuerdo con los datos estadísticos, en
promedio el 80% de los estudiantes en las carreras de Ingeniero Agrónomo e
Ingeniero en Sistemas Computacionales son hombres, al preguntarle a los alumnos
su opinión para el caso de Ingeniero Agrónomo, los hombres respondieron que
“como la carrera está enfocada en el campo, le gusta más a un hombre”, “a las
mujeres les gusta más otra cosa como enfermería”, [las mujeres] “piensan que es
algo pesado”, “se cree que es una carrera para hombres”, “el hombre se ha
dedicado más al campo desde tiempos remotos”, “por la educación de la familia y
las herencias”, “a las mujeres no les gusta andar en el sol” (Ingeniero
Agrónomo, comunicación personal, del 15 al 24 de marzo del 2023). Las mujeres
respondieron que “la publicidad está enfocada hacia los hombres”, “a las
mujeres se les desmotiva a estudiar la carrera porque se les dice que es de
hombres y que elijan otra", “la mayoría de los hombres son los que trabajan
en el campo” (Ingeniera Agrónoma, comunicación personal, del 15 al 24 de marzo
del 2023).
En la carrera de
Ingeniero en Sistemas Computacionales, los hombres respondieron que “las
ingenierías se asocian con los hombres y las licenciaturas con las mujeres”,
“porque a los hombres les gustan más las computadoras”, “las mujeres no se
sienten preparadas para una carrera pesada”, “a los hombres les llama más la
atención por los videojuegos”, “por la programación y crear robots” (Ingeniero
en Sistemas Computacionales, comunicación personal, del 15 al 24 de marzo del
2023). Mientras que las mujeres respondieron que “los hombres tienen más
interés”, “por las expectativas de que los hombres trabajan en oficinas”, “las
mujeres se inclinan más a humanidades”, “porque la carrera es complicada”, “el
tema de crear videojuegos”, “estereotipos de que las mujeres no son buenas en
lógica matemática” (Ingeniera en Sistemas Computacionales, comunicación
personal, 15-24 de marzo del 2023).
En Ingeniero Bioquímico
Industrial y en Contador Público se les preguntó por qué creen que hay casi la
mitad de hombres y mujeres como estudiantes. Los hombres de Ingeniero
Bioquímico Industrial respondieron que es por su pasión, que todos tienen los
mismos derechos y no se distingue el género, “ahora las mujeres se animan y
antes no era así por los prejuicios” (Ingeniero en Bioquímico Industrial,
comunicación personal, 23 de marzo del 2023). Las mujeres respondieron que “no
es una carrera distinguida por género”, “cada vez se involucran más las mujeres
en la ciencia”, “cada vez se da a conocer más la carrera y ambos pueden
llevarla a cabo” (Ingeniera Bioquímico Industrial, comunicación personal, 15-24
de marzo del 2023). Sobre Contador Público, los hombres respondieron que “puede
venir de un contexto en donde las secretarias eran principalmente mujeres”, “a
todos les gusta el programa educativo y tienen la misma capacidad de ejercer”,
“la mayoría son mujeres, los hombres considera aburrida la carrera, prefieren
el campo”, “no está generalizada como enfermería” (Contador Público,
comunicación personal, 15-24 de marzo del 2023). Las mujeres respondieron que
es una carrera sin diferencia de género y todos tenemos la misma capacidad.
Sin embargo, cuando se
les preguntó su opinión sobre por qué unas carreras tienen más hombres que
mujeres y viceversa, los estudiantes de Ingeniero Bioquímico Industrial
respondieron que “porque antes las mujeres no tenían las mismas oportunidades
de estudiar”, “por el enfoque que se les da a las carreras como en Ingeniero
Agrónomo”, “por cuestión de gustos personales” (Ingeniero Bioquímico
Industrial, comunicación personal, 15-24 de marzo del 2023). Las estudiantes
respondieron que “la sociedad cree que las mujeres tienen habilidad para una
cosa y los hombres para otra”, “la sociedad ha hecho que las mujeres no se
sientan capaces por la dificultad de la carrera”, “porque la sociedad las ha
definido por sexo” (Ingeniera Bioquímica Industrial, comunicación personal, 15-24
de marzo del 2023). En Contador Público los hombres opinan que “las mujeres no
se ven ejerciendo en algunas profesiones”, “por el trabajo duro como en
Agronomía”, “por gustos personales”, “por asociar Agronomía con hombres y
Enfermería con mujeres”, “por la confianza que se le tiene a las mujeres en
Enfermería” (Contadora Pública, comunicación personal, 15-24 de marzo del
2023).
En Licenciatura en
Enfermería y en Licenciatura en Nutrición y Salud Integral se les preguntó por
qué consideran que la mayoría de quienes ingresan y permanecen en la carrera
son mujeres, a lo que las alumnas de Enfermería respondieron que “porque antes
eran solo mujeres”, “por los roles de género en donde le llaman cuidadora a la
mujer”, “por el estigma de que es una carrera para mujeres”, “es una carrera
creada por mujeres y requiere mucha atención”, “las mujeres tienen un mayor
sentimiento de protección a los demás”, “a los hombres les interesan otras
carreras como ingenierías” (Licenciatura en Enfermería, comunicación personal,
15-24 de marzo del 2023). Los alumnos dijeron que “antes se creía que era para
mujeres”, “porque las mujeres tienen más vocación y son más responsables”, “por
la mala imagen de los hombres que estudian Enfermería”, “porque se busca más a
las mujeres ya que no ven las cosas con morbosidad como los hombres”
(Licenciatura en Enfermería, comunicación personal, 15-24 de marzo del 2023).
Mientras que las mujeres
de Licenciatura en Nutrición y Salud Integral mencionaron que “las mujeres se
enfocan más en el aspecto físico, en lo estético y los hombres que ingresan se
enfocan en el fisicoculturismo”, “les interesa más a las mujeres por lo
deportivo”, “porque a las mujeres les interesa más la salud que a los hombres”,
“porque algunos hombres piensan que los van a criticar por estudiar una carrera
considerada para niñas” (Licenciada en Nutrición y Salud Integral, comunicación
personal, 15-24 de marzo del 2023). Los hombres opinaron que “muchos hombres
ven que no es una carrera para sustentarse a futuro”, “a las mujeres les llama
más la atención lo físico, la imagen corporal”, “los hombres buscan más una
ingeniería”, “las mujeres se fijan más en la apariencia física y en la
alimentación” (Licenciado en Nutrición y Salud Integral, comunicación personal,
15-24 de marzo del 2023).
En resumen, las
entrevistas con estudiantes de diferentes carreras en la UAMM revelaron
percepciones diversas sobre la presencia de género en los programas de estudio
y su impacto en el ingreso y la permanencia de hombres y mujeres. Aunque
inicialmente todos los encuestados negaron que las carreras tuvieran género,
respuestas más detalladas revelaron matices significativos. Se notó que cada
carrera requiere conjuntos específicos de habilidades, y aunque muchos
estudiantes creen que estas habilidades pueden ser desarrolladas por cualquier
género, hubo algunas diferencias de percepción.
En cuanto a las
habilidades según el género, hubo opiniones divididas, pero se reconoció que
todos tienen la capacidad de desarrollar las habilidades necesarias para sus
carreras, independientemente de su género. Sin embargo, se mencionaron desafíos
adicionales para ciertos géneros en algunas áreas.
En relación con la
diferencia de género en el ingreso y la permanencia en las carreras, se
identificaron varios factores, como estereotipos y expectativas sociales. Las
respuestas sugieren que el proceso de elección de carrera está influenciado por
una variedad de factores, tanto individuales como sociales.
Discusión de resultados
Es preciso señalar que las respuestas de
los estudiantes mostraron que existen representaciones sociales ligadas al
género al elegir y al permanecer en una carrera universitaria. Esto se
relaciona con lo mencionado por Palomar Verea (2004), quien afirma que las
raíces de las desigualdades de género en el ámbito universitario son diversas y
complicadas, estando entrelazadas con una serie de factores estructurales y
contextuales. A su vez, Lagarde (1996) explica que la identidad y el comportamiento
están moldeados por las normas sociales, dictando qué hacer y cómo ser debido a
las expectativas establecidas. A pesar de que mujeres y hombres participan en
numerosas actividades productivas y económicas, las creencias culturales
respecto al género no han evolucionado lo suficiente para reflejar esta
realidad. Como resultado, persiste una cultura que separa de manera marcada las
actividades asociadas a mujeres y hombres.
Bajo el mismo contexto,
una estudiante de la UAMM mencionó que los hombres en ocasiones se sienten
ofendidos de que las mujeres tengan más conocimiento en diversas áreas, esto
guarda similitudes con los hallazgos de Aragón Macías et al. (2023), quienes
señalan que los hombres tienden a mostrar una actitud más reacia hacia la
integración de mujeres en sus círculos, posiblemente influidos por estereotipos
de género que cuestionan la presencia femenina en el ámbito de la ingeniería
junto a ellos.
Por otro lado, algunos
estudiantes asociaron que los hombres eligen estudiar Ingeniería en Sistemas
Computacionales por los videojuegos. Cabe destacar que, la representación de la
figura femenina en los videojuegos se suele considerar problemática, por la
escasez de protagonistas femeninas con las que el jugador se pueda identificar y
esto da lugar a un círculo vicioso: las jóvenes no se ven representadas
adecuadamente en los juegos, no les resultan atractivos, y por tanto no piensan
en el sector de los videojuegos como una opción profesional; al no haber
suficientes mujeres representándose a sí mismas en los videojuegos, no se crean
imágenes con las que las jóvenes puedan identificarse (Fernández Vara, 2014). Esto
se relaciona con lo expuesto por la UNESCO (2017), donde se indica que las
disciplinas educativas más predominantemente masculinas, como las Tecnologías
de la Información y la Comunicación, presentan una tasa global de matriculación
femenina del 27%.
Asimismo, según el
estudio de Gómez (2019), casi el 80% de los participantes perciben a la
Enfermería como una profesión predominantemente femenina, un hallazgo que
guarda estrecha relación con las opiniones expresadas por estudiantes de
enfermería de la UAMM, los cuales hicieron alusión a que hay más mujeres que
hombres estudiando la carrera y esto puede ser debido a que socialmente a las
mujeres se les asocia como “cuidadoras” o con tener un mayor sentido de
protección al prójimo y los hombres que estudian la carrera son mal vistos.
En contraste con ello,
las opiniones de hombres y mujeres que estudian la carrera de Licenciado en
Nutrición y Salud Integral mencionan que hay más mujeres por el hecho de estar
más interesadas en la apariencia física y la estética, aspectos que se fomentan
desde la infancia. Por otro lado, Tapia (2016) aborda la idea de que la verdadera
independencia de las niñas se logra cuando tienen control y autonomía sobre su
propio cuerpo. Al adquirir este dominio, las niñas tienen la capacidad de
explorar diferentes dimensiones de la vida, lo que sugiere que la percepción
sobre los roles de género en campos como la nutrición y la salud integral puede
estar influida por normas y expectativas sociales que limitan la libertad de
las niñas para elegir sus intereses y carreras profesionales.
En general, las opiniones
de los estudiantes reflejan la fuerte influencia de las representaciones
sociales de género en la elección y permanencia en las carreras universitarias.
La resistencia masculina hacia la integración femenina en áreas como la
ingeniería refuerza estereotipos, mientras que la falta de representación
femenina en sectores tecnológicos agrava la baja participación de las mujeres.
Las percepciones sobre la predominancia femenina en ciertas carreras indican la
persistencia de roles de género tradicionales, y la percepción de que las
mujeres están más interesadas en aspectos estéticos destaca la influencia
temprana de las normas sociales. Estos hallazgos resaltan la importancia de
abordar las desigualdades de género en la educación superior desde una
perspectiva integral, confrontando los estereotipos y normas arraigados para
promover la igualdad de oportunidades.
Conclusiones
Los resultados obtenidos en esta
investigación concuerdan con las teorías explicadas. En la primera entrevista
de preguntas directas el 100% de los estudiantes de la UAMM, mencionan que las
carreras no tienen un género asignado; sin embargo, en la segunda entrevista
cuando las preguntas fueron más profundas, las respuestas mostraron que los
estudiantes sí le asignan un género a las carreras. Esto revela una importante
brecha entre las percepciones iniciales de los estudiantes y sus concepciones
más profundas sobre género y elección de carreras. La discrepancia entre las
respuestas en las dos entrevistas sugiere que los estudiantes pueden no ser
conscientes de sus propias creencias sobre género y profesión.
La asociación de ciertas
carreras con roles de género preconcebidos es un reflejo de las
representaciones sociales arraigadas en la sociedad, que pueden estar
influenciadas por factores culturales, familiares y educativos. La idea de que
los hombres están más inclinados hacia el trabajo de campo y los videojuegos,
mientras que las mujeres están asociadas con preocupaciones estéticas y de
cuidado, refleja estereotipos de género.
Este hallazgo plantea
interrogantes sobre las causas subyacentes de estas representaciones sociales y
cómo se transmiten y perpetúan en la sociedad y, específicamente, entre los
jóvenes al momento de elegir una carrera. Estudiar dichas causas podría
implicar investigar el papel de la socialización en el hogar, la influencia de
los medios de comunicación y la educación en la formación de las actitudes de
género de los jóvenes.
Además, entender cómo
estas representaciones sociales impactan en las decisiones de carrera de los
estudiantes puede llevar a desarrollar intervenciones y políticas educativas
para fomentar una mayor diversidad de elección profesional y abordar la brecha
de género en campos específicos. Esta investigación podría contribuir a la
creación de entornos más inclusivos y equitativos en la educación superior y en
el mercado laboral.
Bibliografía
Aragón Macías, L., Arras Vota, A. M. de G. y Mendoza Meraz, G. (2019). Análisis psicosocial de la cultura de género en estudiantes universitarios. Revista de estudios de género, La ventana, 6(49), 248-282. https://doi.org/10.32870/lv.v6i49.6994
Aragón Macías, L., Arras Vota, A. M. de G. y Tarango, J. (2023). Cultura de género en Instituciones de Educación Superior: percepción del personal docente. Revista de estudios de género, La ventana, 7(57), 108-145. https://doi.org/10.32870/lv.v7i57.7549
Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (2019-2023). Anuarios Estadísticos de Educación Superior. Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. https://www.anuies.org.mx
Bruel dos Santos, T. C., Scarparo, H. B., Calvo Hernández, A. R., Herranz Sebastían, J. y Blanco, A. (2013). Estudio psicosocial sobre las representaciones sociales de género. Diversitas: Perspectivas en Psicología, 9(2), 243-255. https://doi.org/10.15332/s1794-9998.2013.0002.01
Buquet, A., Cooper, J. A., Mingo, A. y Moreno,
H. (2013). Intrusas en la Universidad. Universidad Nacional
Autónoma de México. https://cieg.unam.mx/img/igualdad/intrusas-en-la-universidad.pdf
Cátedra Regional UNESCO Mujer Ciencia y
Tecnología en América Latina (2019). Infancia, Ciencia y Tecnología:
un análisis de género desde el entorno familiar, educativo y cultural.
FLACSO.
Fernández Vara, C. (2014).
La problemática representación de la mujer en los videojuegos y su relación con
la industria. Revista de Estudios de Juventud, (106), 93-108.
https://www.injuve.es/sites/default/files/2017/46/publicaciones/revista106_6-la-problematica-representacion-de-la-mujer-en-los-videojuegos.pdf
Gili Diez, V., Barborza Pirán, F. A. y Guerra
Pérez, M. (2018). Las representaciones sociales sobre el concepto de
género en personas que ejercen cargos de gestión en la Facultad de Filosofía
Humanidades y Arte y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de
San Juan. Universidades, 69(77),
17-29. https://doi.org/10.36888/udual.universidades.2018.77.174
Gómez, H. (2019). ¿Tienen género las carreras? 8 de cada 10 opinan que sí. EKA La Revista Empresarial. https://ekaenlinea.com/tienen-genero-las-carreras-8-de-cada-10-opinan-que-si/
Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, M. del P. (2010). Metodología de la Investigación. Mc Graw Hill.
Hierro, G. (1995).
Género y educación. Revista de estudios de género, La ventana, 1(2), 53-63. http://revistalaventana.cucsh.udg.mx/index.php/LV/article/view/2669/2424
Höijer, B. (2011). Social
Representations Theory. Nordicom Review 32(2), 3-16.
http://dx.doi.org/10.1515/nor-2017-0109
Instituto Europeo de la Igualdad de Género (2017). Beneficios económicos de la igualdad de género en la oferta educativa en la UE. EIGE.
Lagarde, M. (1996).
La multidimensionalidad de la categoría género y del feminismo en M. L.
González Marín (Coord.), Metodología para los estudios de género (pp. 48-71).
Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM.
Long, M.,
Steinke, J., Applegate, B., Knight Lapinski, M. K., Johnson, M. J. y Ghosh, S. (2010).
Portrayals of Male and Female Scientists in Television Programs Popular Among
Middle School-Age Children. Science Communication, 32(3), 356-382. https://doi.org/10.1177/1075547009357779
López-Bassols, V., Grazzi, M., Guillard, C. y Salazar, M. (2018). Las brechas de género en ciencia, tecnología e innovación en América Latina y el Caribe. Resultados de una recolección piloto y propuesta metodológica para la medición. Banco Interamericano de Desarrollo. http://doi.org/10.18235/0001082
McKinsey Global Institute (2015). The power of parity: How advancing women’s equality can add $12 trillion to global growth. McKinsey Global Institute.
Monje Álvarez, C. A. (2011). Metodología de la investigación cuantitativa y cualitativa. Guía didáctica. Universidad Surcolombiana, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (2016). Resultados PISA 2015 (Volumen I): Excelencia y equidad en la educación. OCDE. https://www.oecd.org/pisa/pisa-2015-results-in-focus-ESP.pdf
Organización de las Naciones Unidas Mujeres (2020). Las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en América Latina y el Caribe. ONU Mujeres.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2017). Measuring Gender Equality in Science and Engineering: the SAGA Toolkit. UNESCO.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2018). Telling SAGA: Improving measurement and policies for gender equality in Science, Technology and Innovation. UNESCO.
Palomar Verea, C. (2004).
La política de género en la educación superior. Revista de estudios de
género, La ventana, 3(21), 7-43.
http://www.revistalaventana.cucsh.udg.mx/index.php/LV/article/view/739/726
Secretaría de Educación Pública (1970-2016). Secretaría de Educación Pública. www.sep.gob.mx.
Tapia González, G. A. (2016). Graciela Hierro: Filosofía de la educación en clave de género. Revista Interdisciplinaria de Estudios de Género de El Colegio de México, 3(5), 1-21. https://doi.org/10.24201/eg.v3i5.94