¿QUÉ GANA LA CIENCIA DE MATERIALES
CON LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES?
WHAT DOES MATERIALS SCIENCE GAIN
FROM THE PARTICIPATION OF WOMEN?
Lucia
Robles-Larios[1]
Ana Claudia
Nepote[2]
DOI: https://doi.org/10.32870/lv.v7i62.8091
A pesar de los progresos alcanzados
en las últimas décadas en la inclusión de género en las ciencias, la
representación de las mujeres en el campo de las disciplinas conocidas como
STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) continúa siendo limitada.
Según cifras del Instituto de Estadística de la UNESCO, en julio de 2019 la
tasa mundial promedio de mujeres investigadoras era solo del 29.3%. Además, solo
el 27% de los países latinoamericanos han logrado alcanzar la paridad de género
en la que las mujeres representan entre el 45% y el 55% del total de
investigadores (Bello, 2020). Este panorama pone en cuestión si todas las
personas tenemos la misma oportunidad de participación en los procesos de
construcción del conocimiento científico.
Aunque
la inscripción de mujeres en carreras universitarias ha aumentado, muchas
abandonan sus estudios en los niveles educativos más altos, aquellos necesarios
para emprender una carrera profesional en investigación (Bello, 2020). El
presente ensayo explora la igualdad de oportunidades de participación de
mujeres en la ciencia de materiales sustentables en la Universidad Nacional
Autónoma de México.
La
ciencia de materiales sustentables es una profesión emergente creada en 2008
con el objetivo de formar profesionales capaces de identificar, transformar y
aprovechar los materiales de manera que contribuyan a la solución de problemas
ambientales. Desde entonces, esta licenciatura se imparte en la Escuela
Nacional de Estudios Superiores (ENES) unidad Morelia. Ahí se imparten otras 12
licenciaturas de las cuatro áreas del conocimiento que integran la oferta
académica de la Universidad Nacional.
Aunque
las mujeres han alcanzado algunos espacios dentro de la ciencia, el camino
hacia la equidad sigue enfrentando grandes desafíos, desde el abandono de
estudios avanzados hasta la lucha diaria por equilibrar los roles domésticos en
un entorno que favorece a los hombres. Como integrante de la comunidad
académica de la ENES Morelia y como científica de ciencia de materiales en
formación, he cursado una asignatura sobre Perspectiva de Género que también me
invita a cuestionar y reflexionar sobre la participación de las mujeres en disciplinas
emergentes.
La
investigación en Materiales dentro de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) inició a finales de la década de los setentas cuando se creó el
Instituto de Investigaciones en Materiales en la Ciudad Universitaria. Desde
1979 hasta entrada la segunda década del siglo xxi,
el cargo de la Dirección había sido ocupado únicamente por hombres. Solo
durante el periodo de 2012 a 2016, la doctora Ana María Martínez Vázquez se
desempeñó como la primera directora de dicha institución. La principal línea de
investigación de la doctora Martínez son los estudios teóricos de la
reactividad química. Actualmente, el 73% de las personas que se dedican a la
investigación en Materiales en general dentro de la UNAM son hombres, mientras
que apenas el 27% corresponden a mujeres. En definitiva, esta disciplina está
lejos aún de la deseada paridad de género.
Las
jóvenes mujeres que nos interesamos por el estudio de los materiales y su
impacto en el medio ambiente contamos con muy pocos modelos femeninos a seguir.
En un análisis realizado, se revisó el porcentaje del total de personas
tituladas en la ciencia de materiales sustentables en el periodo comprendido
entre 2018 y 2024. Se observó que sí existe una paridad de género en esta etapa
de la vida académica, ya que poco más de la mitad de estudiantes hombres se han
graduado (54.1%) mientras que el 45.9% de estudiantes mujeres lo han logrado.
Aparentemente, las nuevas generaciones estamos intentando cambiar el panorama
dentro de esta disciplina. Además, la mayoría de mis profesores de tiempo
completo son mujeres.
Uno
de los primeros registros sobre la situación de las mujeres en la ciencia de
materiales es de Mauleón y Bordons
(2006) quienes analizaron la producción científica de las mujeres por
categorías profesionales en el área de Ciencia de Materiales en el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España. Las autoras
observaron que aunque las investigadoras fueron menos
productivas que los investigadores hombres, no encontraron diferencias
significativas de productividad en cada categoría profesional. Lo que sí
observaron fue una diferencia en el ciclo vital de productividad que se torna
relevante entre los 40 a los 59 años de edad.
Lo
anterior se respalda por otros estudios que han demostrado que la vida
académica se diseñó “alrededor de la noción de profesores e investigadores
varones que disponen de tiempo completo al tener en casa a alguien que
satisfaga las necesidades domésticas y sea el soporte de su trabajo” (Bracken et al., 2006, como se citó en Buquet
et al., 2013, p. 3). Mientras que Buquet et al. (2013)
señalaron que un estudio realizado en la Universidad de Stanford, en Estados
Unidos, reveló que las mujeres académicas invierten por lo menos el doble de
horas que los académicos en actividades relacionadas a cuestiones domésticas.
Por su parte, Rietti y Maffia
(2005) señalan que la profesión científica tradicionalmente exige habilidades
como competencia, agresividad, neutralidad y desapego. En la etapa de
consolidación como mujeres profesionales existen algunos desafíos a enfrentar.
Obstáculos en las trayectorias académicas de las mujeres
Responsabilidades familiares: Las mujeres deben desarrollar su
trabajo remunerado adicionalmente a “sus responsabilidades domésticas y
familiares”, por lo que tendrán menos tiempo y están más desgastadas para
desempeñarse dentro de ese ámbito. Esto es “doble jornada” una situación social
que pone a las mujeres en desigualdad de condiciones en relación con los
hombres (Buquet et al., 2013). Las mujeres
constantemente se dividen entre lo laboral y lo familiar, es lo que se ha
observado directamente de las profesoras en la licenciatura.
Discriminación: Al inicio de mi carrera
profesional no he percibido ningún tipo de discriminación ni obstáculos en mi
desarrollo personal y académico. Sin embargo, este obstáculo se hace evidente
cuando solo una mujer ha llegado a ocupar sitios privilegiados como la
Dirección de una Institución o la coordinación de un área académica
universitaria. En las disciplinas de las áreas STEM aún hay un importante
camino por recorrer para lograr una participación paritaria en los órganos de
gobierno.
Ambiente sexista: Las mujeres nos vemos involucradas
cotidianamente en ambientes cargados con un trato diferenciado por parte de los
hombres. Continuamente los comentarios nos hacen dudar de las propias
capacidades y alcances que podemos llegar a tener. Los ambientes hostiles
dentro de las aulas hacia las mujeres pueden generar inseguridades que nutren
una especie de autoexclusión, como bien señalan Buquet
et al. (2013).
Desde
2020 la UNAM creó la Coordinación para la Igualdad de Género que
a su vez, impulsó la creación de comisiones internas para la Igualdad de Género
en escuelas, facultades e institutos de investigación. Dichas comisiones
impulsan la implementación de políticas institucionales en materia de género y
también buscan sensibilizar y abrir espacios para la reflexión que nos ayude a
prevenir cualquier tipo de discriminación y violencia por razones de género.
Parte de estas políticas institucionales obligan a que todas las personas
jóvenes estudiantes de cualquier carrera cursen una asignatura transversal de
Género.
La
ciencia de materiales en general, y con enfoque de sustentabilidad en
particular, requiere cada vez más de la participación de las mujeres. Los
enormes desafíos ambientales que enfrentamos en este siglo invitan a romper
esta tendencia de seguir mirando a la ciencia de materiales como un campo
masculinizado. Se requieren de nuevas miradas que integren propuestas de
investigación desde puntos de vista más diversos e inclusivos. El empuje y
acompañamiento de las mujeres científicas en este campo es indispensable para
lograrlo.
Bibliografía
Bello,
A. (2020). Las mujeres en ciencias, tecnología,
ingeniería y matemáticas en América Latina y el Caribe. ONU Mujeres.
https://lac.unwomen.org/es/digiteca/publicaciones/2020/09/mujeres-en-ciencia-tecnologia-ingenieria-y-matematicas-en-america-latina-y-el-caribe
Buquet,
A., Cooper, J., Mingo, A. y Moreno, H. (2013). Intrusas
en la universidad. Universidad Nacional Autónoma de México, Programa
Universitario de Estudios de Género; Instituto de Investigaciones sobre la
Universidad y la Educación.
Mauleón,
E. y Bordons, M. (2006). Productivity,
impact and publication habits by gender
in the area of Materials Science. Scientometrics, 66(1), 199-218. https://doi.org/10.1007/s11192-006-0014-3
Rietti,
S. y Maffía, D. (2005). Género, ciencia y ciudadanía. ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura, 181(716), 539-544.
https://doi.org/10.3989/arbor.2005.i716.411
[1] Escuela
Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia de la Universidad Nacional
Autónoma de México. Correo electrónico: larioslucia861@gmail.com
[2]
Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia de la Universidad
Nacional Autónoma de México, México. Correo electrónico:
nepote@enesmorelia.unam.mx